Hace unas tres semanas atrás el cubano Odrisamer Despaigne regresó a las Grandes Ligas y actuó como abridor del juego entre los Medias Blancas de Chicago y los Nacionales de Washington.
En ese encuentro participaron cuatro cubanos defendiendo los colores de un mismo equipo. Despaigne desde el box fue acompañado por los habituales en Chicago: Yoan Moncada, José Abreu y Yonder Alonso.
Sin embargo, luego de tres aperturas, dos derrotas y un elevadísimo promedio de carreras limpias de 9.45, el derecho capitalino fue dado de baja por la gerencia del conjunto pati blanco.
Con el movimiento de sacarlo del roster le hicieron espacio a otro pelotero de ascendencia cubana, el jardinero Jon Jay, quien estaba en la lista de lesionados de 60 días.
Odrisamer, de 32 años de edad, tiró así en su sexta campaña, vistiendo su quinto uniforme en la MLB (Padres, Orioles, Marlins y Angelinos anteriormente), de hecho, abriendo por su cuarta organización (de los 16 juegos que tiró con Baltimore en el 2016, todos fueron como relevista).
En su primera apertura, aunque cargó con la derrota, lució bien, en seis entradas le pegaron siete hits y tres carreras limpias, con dos pasaportes, dos ponches y un jonrón recibido. Pero en las dos sucesivas fue un verdadero desastre al permitir siete carreras limpias a los Yankees en cuatro y un tercio de innings, y otras tantas a los Rangers de Texas en solo tres capítulos.
En Triple A este 2019, entre Louisville y Charlotte, lanzó muy bien, con 3.34 promedio de limpias, whip de 1.18, 56 ponches y 20 bases en 59 entradas y un tercio.
Odrisamer, ya fuera del roster de 40 del equipo, está disponible para ser canjeado en los próximos 10 días y de no haber movimientos, Chicago tendrá que tomar una decisión con él, entre despedirlo o enviarlo a las Menores. Siempre respetando su contrato.
