La compañía ElectroAir, con sede en Estonia, desea vender automóviles eléctricos en la Más Grande de las Antillas, para apoyar al Gobierno castrista en su objetivo de adoptar el uso de energías renovables.
De acuerdo con la oficialista Agencia Cubana de Noticias (ACN), la compañía cuenta con una sucursal en Cuba que vende vehículos eléctricos desde hace 10 años, y presentó el nuevo Nissan LEAF en la Feria Internacional de Energías Renovables, llevada a cabo este junio en La Habana.
El vehículo funciona principalmente con energía solar, y cuenta con paneles e inversores solares que transforman la solar, en una energía alterna que se adecua al equipo.
El subgerente de ElectroAir, Javier Ramos González, explicó que el auto eléctrico contiene tres tipos de cargadores, uno de emergencia que cuenta con un suministro de carga lenta, uno intermedio que puede emplear corriente alterna, y uno rápido capaz de cargar el auto en un 80% en aproximadamente media hora.
“Las baterías de litio, de 40 kilowatts y completamente nuevas, que trae incorporadas, avalan su durabilidad (de cinco a ocho años) y le permiten mejores prestaciones en cuanto al rendimiento de la carga”, aseguró.
Ramos asegura que el automóvil eléctrico no cuenta con partes mecánicas y ofrece confort para el chófer. De igual manera, recalcó que, aunque la fabricación se realiza en Europa, la marca japonesa Nissan certifica la tecnología del automóvil, que es presuntamente adaptada para las condiciones en Cuba.
El auto puede recorrer hasta 300 kilómetros con una sola carga, aunque señaló que el principal problema será poder cargarlos en la Isla.
“Lo primero que debemos resolver es crear una infraestructura que permita tener las condiciones para que este auto pueda ser usado de manera extensiva”, dijo Ramos, sugiriendo la adopción de paneles solares como posible solución.
Mientras la prensa oficialista vende la idea como una gran maravilla, lo cierto es que su ejecución, al menos en la Isla, se encuentra muy lejos de ser posible, pues el sistema eléctrico del país no se encuentra en condiciones para sostener el uso de estos vehículos.
El país sufre de constantes apagones, los cuales dificultarían el poder cargar los vehículos, y atraviesa por una escasez de combustible que deja fuera la opción de utilizar plantas generadoras.
Además, con el paso de los años, estos vehículos requerirán reparaciones y refacciones que ahora son imposibles de conseguir en la Isla. Esto obligaría a varios a realizar las conocidas “reparaciones caseras”, las que podrían hacer de estos un posible peligro, de manera similar a lo ocurrido con las motocicletas eléctricas.
