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Los estudiantes expuestos a una fuga de amoniaco en Camagüey recibieron el alta médica

La docena de alumnos del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVC) ‘Máximo Gómez Baéz’, de Camagüey, que estuvieron expuestos a una fuga de amoniaco el pasado martes, recibieron el alta médica.

De acuerdo con el oficialista Escambray, los doce menores salieron del Hospital Pediátrico Provincial ‘Eduardo Agramonte Piña’ este miércoles sin complicaciones.

El director de la institución médica, el doctor Leonardo Ramírez Rodríguez, indicó en redes sociales que los jóvenes tuvieron una evolución “muy favorable”.

 

Según la prensa estatal, entre 30 y 40 kilogramos del gas se fugaron de la fábrica de cervezas Tínima durante la mañana del martes, con 14 estudiantes presentando síntomas característicos de intoxicación.

El citado medio recalcó que los alumnos recibieron atención médica “por ser alérgicos, a pesar de que presentaban adecuado estado de salud”.

Pese a lo peligroso de esta fuga, la prensa estatal insistió en restarle importancia, asegurando que los incidentes originados en la fábrica de cerveza, que se encuentra tan cerca del centro educativo, son poco significativos, y que el ocurrido esta semana fue “rápidamente controlado y sin graves consecuencias”.

La fábrica maneja una tecnología de la antigua República Democrática Alemana, la cual cuenta con más de 35 años de uso, y está asociada al Ministerio de las Fuerzas Armadas, siendo uno de sus principales proveedores de alcohol para festejos.

Esto, sumado a los ingresos que otorga al régimen, explica por qué el Gobierno intenta utilizar sus medios de prensa para minimizar lo ocurrido, incluso si eso significa mantener a cientos de estudiantes en un riesgo constante.

La decisión de mantener esta fábrica a tan poca distancia del IPVC ‘Máximo Gómez Baéz’ fue cuestionada poco después de que se diera a conocer la noticia de la fuga, misma que fue reportada por medios independientes mientras la prensa oficialista mantuvo silencio un varias horas.

“Siempre me he preguntado quién fue el genio que se le ocurrió poner así de cerca una fábrica tan peligrosa de una escuela que llegó a albergar dos o tres mil niños y adolescentes”, cuestionó el periodista independiente Henry Constantin Ferreiro, quien aseguró haber vivido situaciones similares en sus años de estudiante.

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