Más de una decena de tiburones fueron masacrados en el condado de Jupiter, Florida durante una competencia de pesca, el pasado 9 de julio.
El caso causó revuelo entre la comunidad de activistas y científicos, que han exhortado a las autoridades del estado y nacionales a prohibir este tipo de eventos.
La alerta aumentó luego de que se comprobara que estaban involucradas especies en peligro de extinción como el tiburón martillo gigante, el tiburón tigre, y el tiburón toro, o del arrecife.
Aunque a que la competencia fue legal, se realizó con relativa discreción, por razones de “seguridad” según los organizadores, que temieron a la fuerte oposición de grupos protectores de los animales.
Los activistas protestaron con vehemencia por la violencia que el evento involucró, además, contra los ejemplares capturados.
En redes sociales circularon videos de los animales atados, golpeados, o heridos, lo que causó indignación entre cibernautas, quienes urgen a las autoridades a proteger a la fauna marina.
Una petición en internet reunió más de 140.000 firmas pidiendo impedir el torneo, pero este se llevó a cabo con la complicidad de las autoridades.
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El organizador de la maratón de pesca, Robert ‘Fly’ Navarro, minimizó el daño ecológico de su torneo, señalando que no era diferente “de cualquier otro de pesca deportiva”, ignorando que por años también se ha pedido la cancelación de ese tipo de competencias.
“No es diferente a si fuera un torneo de róbalo, un torneo de marlines, o un torneo de aguja azul”, dijo.
Por otra parte, justificó sus acciones con una supuesta “sobrepoblación” de tiburones en la costa este, lo cual es en realidad el inicio de la recuperación de la población de estas especies, por la que se ha trabajado por años.
“Sí, los tiburones son importantes para el ecosistema, pero el problema es que se está desequilibrando un poco la situación aquí, así que queremos traer algo de luz a la situación antes de que se haga un problema más grande”, declaró a Local 10 News.
“En esto me ganó la vida, me la ganó en el agua (…) Uno de mis argumentos para hacer esto es que estamos llegando a un punto en el que estamos perdiendo el 50 % de lo que enganchamos por los tiburones”, añadió.
Explicó que 50 botes se inscribieron a la competencia, y que cada uno tenía permiso de matar un solo tiburón, con la obligación de liberar al resto. El incentivo, como en otros torneos de pesca, era atrapar el ejemplar de mayor tamaño.
Incluso así, se trata de 50 tiburones muertos, una baja enorme considerando que tres de las especies permitidas en la competencia son especies en riesgo de extinción a nivel mundial: el tiburón tigre, el tiburón toro, y el tiburón martillo.
El miedo a estos animales y la ignorancia, son los motivos principales para participar en este tipo de eventos, que diezman las poblaciones de uno de los animales más elementales para la conservación de los océanos.
Aunque en verano los “ataques” de tiburón aumentan en las costas de Florida, es necesario recordar que las mordidas no provocadas muy rara vez son fatales, con solo una decena de casos al año en todo el planeta.
New Smyrna, en Florida, es la capital mundial de las mordidas de tiburón, y en todo el 2021 se registraron apenas 39, cuando más de 100 millones de tiburones son asesinados a nivel mundial por culpa de la caza ilegal, deportiva, y por acción indirecta humana.
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