Un camión de carga terminó varado en medio del mar tras un presunto intento de salida ilegal de la Isla en la localidad de Playa Baracoa, en la provincia de Artemisa.
De acuerdo con la periodista Carla Gloria Colomé Santiago, el camión trasportaba una balsa improvisada, y al intentar ahorrarse un tramo de camino, el vehículo ingresó al agua durante la madrugada de este lunes, quedando varado con todo y bote.
“En la parte trasera del camión montaron una lancha, y para ahorrarse el tramo de arrecife metieron el camión unos metros dentro del mar. Dicen que ayer en la noche hubo oleaje, y puede ser esa la causa de que ‘el artefacto’ se atascara y quedara hundido unos metros más allá. Así que en estos momentos permanecen hundidos el camión y el artefacto”, indicó la comunicadora en redes sociales.
Según la periodista, los habitantes de la localidad han acudido a la orilla del mar para observar el vehículo, como si se tratara de algún atractivo turístico o un trabajo de arte.
“Un policía le ha dicho a un amigo que se ponga una careta y un esnórquel y que vaya a revisar qué tiene el artefacto dentro. Podría haber comida. Podría haber tanques de petróleo. ‘Y todo lo que te encuentres es mitad y mitad’”.
Señaló que la policía continúa vigilando la zona, pues sospecha que los responsables podrían regresar al lugar a intentar salir nuevamente. Sin embargo, el riesgo de ser atrapados podría ser motivo suficiente para que estas personas no se acerquen al lugar.
La publicación de Colomé Santiago señala que el número de personas que salen del país vía marítima para llegar a los Estados Unidos ha aumentado de manera considerable en los últimos meses, con al menos una historia a la semana de otra familia del pueblo que se marcha durante la noche o la mañana y llega a Miami unas horas después.
Varios de los comentarios de la publicación señalan que los ciudadanos de la Isla están dispuestos a hacer lo que sea posible por la oportunidad de llegar a EEUU, incluso lanzarse al mar a bordo de embarcaciones construidas con objetos poco cotidianos.
“Allá por los años 70, subí a la azotea para mover la antena del televisor y, en el último descanso en la escalera, al lado de la puerta de la azotea, vi dos cámaras de camión infladas, algunas jabas y un palo con un trapo rojo a manera de bandera, que era, obviamente, para hacer señales a un barco”, relató uno de los usuarios.
“Dos días después vi a uno de los muchachos del edificio y a un amigo del barrio caminando hacia el malecón con las cámaras y las otras cosas, diciéndole a los vecinos de la cuadra que iban a pescar. Sonreí para mis adentros y no dije nada. Unos días más tarde, llamaron a sus familias contando que los había recogido un barco y los había llevado a los EEUU. La humilde bandera roja que hicieron, que aún me parece estar viendo, cumplió su cometido y le salvó la vida”, concluyó.
