Las autoridades cubanas confirmaron que el viento reavivó las llamas del incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, el cual fue reportado como controlado este martes.
La información fue confirmada en redes sociales por el Gobierno Provincial del Poder Popular del territorio, cuando contestaba algunas dudas sobre los esfuerzos para apagar las llamas que se mostraban en una fotografía compartida por el medio oficialista Juventud Rebelde.
“El aire dio un giro y se volvió a prender lo que ya estaba apagado, pero el fuego está controlado y siendo sofocado con agua, espuma y otros químicos de extinción”, indicó en la publicación.
Las autoridades intentaron calmar a la población, asegurando que aunque el fuego regresó, este estaba controlado por los bomberos.
De igual manera, el periodista estatal Álvaro Álvarez Vergara indicó que el incendio se encontraba confinado, y aunque el viento cambió de dirección y avivó las llamas, los bomberos estaban trabajando para contener el fuego y evitar que este continuara propagándose a otras zonas.
El incendio inició el pasado viernes por la tarde, cuando un presunto rayo cayó en las instalaciones y encendió uno de los tanques de combustible.
El fuego se propagó rápidamente, generando explosiones y columnas de humo a lo largo de los días siguientes.
Al respecto, el Gobierno recomendó el uso de nasobucos de tela para disminuir la cantidad de gases tóxicos que los residentes en zonas aledañas inhalaban, mientras que algunos ciudadanos de La Habana denunciaron la caída de lluvias contaminadas por el humo.
Fue hasta casi el quinto día que el designado presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, confirmó que los bomberos habían logrado controlar en su mayoría las llamas.
Este control permitió que varios equipos de bomberos y rescatistas lograran ingresar a la base, donde iniciaron labores para preparar la llegada de vehículos pesados como camiones y grúas que serán usados para mover los escombros.
De manera oficial, el incendio provocó la muerte de un bombero, mientras otros 16 continúan desaparecidos en el sitio, entre ellos jóvenes de alrededor de 18 años de edad, los cuales cursaban el Servicio Militar Obligatorio y fueron enviados a enfrentar las llamas sin la experiencia necesaria.
