Las autoridades castristas arrestaron este jueves a varios trabajadores de una fábrica de aceite en La Habana, pues fueron sorprendidos mientras robaban botellas de dicho producto, uno de los tantos que escasean en la Isla.
La información fue confirmada en redes sociales, donde se informó que cuatro personas enfrentarían consecuencias legales a causa de este crimen.
“Cuatro trabajadores de la Aceitera Alberto Álvarez, del municipio Regla, en La Habana, fueron sorprendidos en un robo de aceite”, se lee en la Página de Mauro Torres 2.0.
Según este perfil, cerrado previamente por Facebook debido a que incumplía con sus normas, el grupo consistía de dos hombres y dos mujeres, que fueron trasladados a la Estación de la Policía del municipio Regla.
Estos trabajadores habrían sido sorprendidos por las autoridades en pleno acto delictivo, por lo que su detención fue inmediata. Según las fuentes cercanas al Ministerio del Interior (Minint), los ladrones habrían violado la cerca de la fábrica y se disponían a llevarse decenas de botellas de aceite, el cual puede alcanzar precios excesivos debido a su utilidad y casi total desaparición de las tiendas estatales.
“Los presuntos autores forzaron la cerca perimetral para desviar la mercancía y posteriormente revenderla a un elevado precio especulativo”, recalca el perfil oficialista.
En las últimas semanas, medios estatales y aquellos afiliados al Gobierno castrista se han dedicado a replicar noticias de operativos ejecutados en contra de los denominados revendedores, a quienes las autoridades han elegido como sus últimos chivos expiatorios para justificar la constante escasez de productos de primera necesidad en la Isla.
Uno de estos operativos se llevó a cabo en La Habana hace dos semanas, específicamente durante la denominada ‘Feria de 100 y Boyeros’.
Este operativo resultó presuntamente en la detención de decenas de individuos y en el decomiso de unos 400 cartones de huevo.
“Testigos del acontecimiento en la ‘Feria de 100 y Boyeros’ como comúnmente se le conoce al lugar, refieren que la policía y el DTI llegaron bien temprano, y de un momento a otro, comenzaron a llevarse a todos los revendedores que siempre andan por la zona”, se lía en la primera página de Mauro Torres.
