Mohamed V es el nombre de quien sería el actual Rey de Malasia y el sultán de Kelantán, si no hubiese sido por la decisión de renunciar a su derecho al trono por amor a la ex modelo rusa, Osaka Voevodina, con quien contrajo matrimonio hace apenas 7 meses.
La relación romántica de estos dos reconocidos personajes ha dado mucho de qué hablar; y es que se han mantenido juntos a pesar de varias adversidades, entre las que se encuentran las acusaciones de infidelidad que se le atribuyeron a Osaka Voevodina mientras se encontraba participando en un reality show en el que supuestamente se le vio manteniendo relaciones íntimas con otro hombre.
Aunque las pruebas del vínculo de la mujer con el otro eran bastante creíbles, el amor de Mohamed era tal que decidió dejar atrás todo, perdonarla y abdicar del cargo de rey; todo esto con el único objetivo de dedicar la mayor atención y tiempo a su amada en medio de su vida matrimonial.
En contra del qué dirán, de las implicaciones políticas que conllevaba su unión e incluso las diferencias de edad (llevándose entre sí 24 años); los enamorados tortolitos se unieron en matrimonio hace siete meses.
Sin embargo, tal parece el amor no era tan grande como se creía; y es que recientemente Mohamed (a pesar del nacimiento de su primogénito: Ismail Leon, hace tan solo un mes) ha asegurado de manera tajante a los medios locales que su relación con la ex modelo rusa ha llegado a su fin.
De hecho, se han logrado filtrar algunas fotos de lo que supuestamente es el documento de divorcio.
Aunque la seguridad y firmeza con la que el exmonarca ha asegurado este hecho es clara, la radicalidad de la decisión y la falta de coherencia en algunas circunstancias deja como un verdadero misterio lo que hay detrás de esta separación.
Uno de los hechos que ha causado más curiosidad al respecto es como Oksana sigue subiendo a través de sus redes sociales post en donde se le ve perfectamente unidao a quien por ahora sigue siendo su esposo.
Una de las hipótesis que se mantiene respecto al asunto es que esta separación no es voluntaria; sino coaccionada por presiones de las autoridades políticas y religiosas del país.
