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Régimen reconoce que el sector estatal no puede cumplir con la producción de alimentos

La falta de financiamiento y otros factores han impactado negativamente la producción de la harina para el pan y el acopio de leche

Las autoridades castristas han reconocido que la industria alimentaria en Cuba atraviesa una crisis profunda. La situación es tan grave que el mismo ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López Díaz, la calificó como “sin precedentes” durante su intervención en el programa televisivo Mesa Redonda el martes pasado.

Según López Díaz, solo se cuenta con el 48% del combustible necesario y un déficit del 91% en financiamiento, lo que ha impedido cumplir con las metas productivas de este año. Estas limitaciones, combinadas con un modelo estatal rígido y la falta de apertura al sector privado, han intensificado la escasez de alimentos en los hogares cubanos.

En un intento por justificar la situación, el ministro aseguró que la industria alimentaria depende casi exclusivamente de la electricidad para operar, pero los frecuentes apagones y la insuficiencia energética han detenido gran parte de los procesos de producción. A esto se le suma la falta de financiamiento en divisas, la cual ha impactado directamente en productos esenciales como la harina para el pan y el acopio de leche.

La gravedad de la situación se refleja en medidas extremas como la reducción del gramaje del pan básico de 80 a 60 gramos y la limitación de leche para niños en algunas partes de la Isla.

El funcionario detalló que garantizar productos esenciales como leche en polvo, pollo, aceite y yogur de soya requiere un presupuesto mensual de 33 millones de dólares, fondos que el Estado no puede asegurar, esto mientras dedica más presupuesto a la elaboración de hoteles de lujo.

Mientras tanto, de las 22 producciones seleccionadas para este año, 20 presentan disminuciones significativas, aunque áreas como la producción de cerveza han mostrado ligeros incrementos. Sin embargo, este producto está destinado principalmente al turismo o a la venta en tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), dejando a la población general sin acceso.

Modelo estatal contra el sector privado

El gobierno castrista insiste en apostar por un modelo centralizado para la industria alimentaria, justificando sus fallas en el embargo estadounidense. Sin embargo, las cifras muestran una realidad diferente: el sector privado importó 500 millones de dólares en bienes durante el primer semestre del año, un logro que contrasta con los resultados de las empresas estatales.

Según López Díaz, si estas importaciones estuvieran en manos del sector privado, la producción habría experimentado un crecimiento considerable.

A pesar de esta evidencia, el gobierno no parece dispuesto a ceder control económico al sector privado, temiendo una pérdida de poder político. Organismos como GAESA y el Partido Comunista continúan manteniendo un férreo control, perpetuando la ineficiencia estatal a costa de las familias cubanas que pasan hambre día a día.

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