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Entre lujos y excesos: así fue la fiesta de Sandro Castro en Cuba en plena crisis

El nieto de Fidel celebró su cumpleaños 30 con un evento lleno de comida y luces, dos faltantes diarios en los hogares cubanos de a pie

Tal como lo había prometido, el nieto del dictador cubano Fidel Castro, Sandro Castro, celebró su cumpleaños 30 la noche de este jueves 5 de diciembre, en su exclusivo bar de La Habana, el EFE Bar.

En medio de una enorme polémica debido a la situación actual del país, el menor de la dinastía Castro realizó la celebración, con un derroche de alimentos, bebidas y electricidad que no se tiene de sobra en la Isla, y que de hecho falta en la gran mayoría de los hogares cubanos.

A través de redes sociales, tanto el homenajeado como sus amigos compartieron videos de la celebración, en donde se vio el verdadero alcance del evento que, pese a todo, quedó algo por debajo de las expectativas del heredero de la dictadura, con menos asistentes de los que se esperaban.

Con una chaqueta negra y sus ya característicos lentes de sol negros, Sandro Castro apareció en el bar, compartiendo historias junto al DJ, con los invitados bailando, bebiendo alcohol y disfrutando el ambiente.

Sin embargo, al menos en sus videos, no se observa que haya sido un evento como tal “masivo”, con apenas unas decenas de personas bailando, aunque el desplante al pueblo cubano sigue siendo grande, considerando que gran parte del país no tenía electricidad en ese momento.

“Gracias a todas las personas por venir, gente linda, sencilla, grande mi Cuba”, escribió sobre una de sus historias, un video tipo selfie en donde se ve a los asistentes vestidos de blanco, como él lo pidió, aunque eventos previos se han visto más animados que su “fiesta del siglo”.

Además de las historias del propio Castro, el médico cubano Lucio Enríquez compartió un video del íntimo amigo de Castro, Carlos Rogelio Bolufé, más conocido como ‘Carluchín Verde’ y apodado con desdén como el “Vocerito de Sandro”.

Verde había dado gran promoción a la fiesta de Sandro, y en su transmisión en vivo avivó aún más la polémica por presumir los lujos del evento, toda vez que se mantenía ajeno a las dificultades económicas del pueblo de a pie.

En su video, Carluchin, con un vaso de alcohol en la mano, comenta con total desinhibición que la botella que está consumiendo era un ron Santiago de Cuba valuado en 600 MLC, una cifra muy por encima del salario promedio mensual de un trabajador cubano.

La fiesta causó controversia por el simple hecho de su realización, pero también por los precios exorbitantes que manejaba, muy lejos del alcance de cualquier familia de la Isla, y por ser parte del acaparamiento de alimentos que la población no encuentra en ningún lado, o que ve a precios inalcanzables.

La entrada a la fiesta valía 1.000 CUP y el consumo mínimo en mesa era de 15.000, totalmente inalcanzable para cualquier cubano de a pie, pese a lo cual Carluchín advirtió que todo estaba vendido. Ese mismo, Carluchín se quejó de que los haters “lo mezclan todo con política”.

El cumpleaños de Sandro quedó como una de las celebraciones más infames de la dictadura, que lo anunció con bombo y platillo desde días antes, en medio de la peor crisis energética de Cuba en sus últimos años, y a solo un día del tercer apagón masivo del país, que dejó sin luz a todo el territorio.

“El país se puede hundir, pero nosotros estamos celebrando la fiesta”, aseguró Verde en una directa previa en redes sociales, afirmando que la fiesta no se vería afectada por los apagones obligatorios que vive el resto del país.

El amigo de Castro además se refirió al evento como una fiesta a la que “todos están invitados”, declaración que causó indignación entre los cubanos, considerando la profunda crisis que atraviesa el pueblo día con día.

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