Caravana migrante, en su mayoría cubanos, se dirige a la frontera de EEUU

Migrantes cubanos y de otras nacionalidades se han unido a una nueva caravana que avanza hacia la frontera sur de Estados Unidos, desafiando el refuerzo de la seguridad fronteriza y el riesgo de ser deportados.

Según el medio local Diario Del Sur Oem, este contingente, compuesto por más de 2.000 personas, partió el fin de semana desde Tapachula, en el estado mexicano de Chiapas, con la esperanza de alcanzar territorio estadounidense o encontrar mejores oportunidades en otros puntos de México.

Entre los integrantes de este grupo predominan ciudadanos cubanos y venezolanos, quienes citan la falta de empleo y las constantes redadas migratorias como los principales motivos para abandonar la región.

“Decidimos salir porque no hay trabajo en Tapachula, y la situación aquí es insostenible. Buscaremos oportunidades en otros estados o incluso en Ciudad de México mientras intentamos regularizar nuestra situación”, expresó un migrante venezolano que avanzaba junto a su familia.

El grupo también incluye a personas como Josué Varela, un hondureño de 27 años y exgestor cultural, quien relató que su salida de Honduras fue motivada por razones políticas. Aunque tiene entre sus objetivos llegar a Estados Unidos, también considera quedarse en México si encuentra oportunidades laborales en alguna región del país.

“El sueño americano no es el único camino. Cualquier lugar con una economía estable puede ofrecer oportunidades. México es un país humanitario que entiende la importancia del migrante. Mi meta es solicitar refugio aquí. México tiene una riqueza cultural enorme y, como artista, quiero contribuir y desarrollarme en este país”, afirmó.

La situación en Tapachula, descrita como crítica por los propios migrantes, ha sido un factor clave para la salida de esta caravana. Muchos denuncian la falta de trabajo y el constante acoso por parte de las autoridades migratorias.

“Tapachula está saturada. No hay empleo, y migración nos persigue en los hoteles. Por eso, preferimos movernos”, señaló otro integrante del grupo.

Sin embargo, las aspiraciones de estos migrantes podrían verse obstaculizadas por el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos.

El gobierno del presidente Donald Trump ha declarado una emergencia nacional en la frontera, lo que ha permitido movilizar tropas militares, reanudar la construcción del muro fronterizo y reactivar el programa “Quédate en México” (MPP, por sus siglas en inglés).

Este programa obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en territorio mexicano mientras sus casos son evaluados.

La proclamación de emergencia también habilita al presidente estadounidense a usar recursos federales sin necesidad de la aprobación del Congreso, intensificando así las medidas de seguridad en la frontera.

Estas decisiones han sido ampliamente criticadas por grupos defensores de los derechos humanos, quienes consideran que estas políticas agravan la situación de los migrantes y ponen en peligro su integridad física.

A pesar de los obstáculos, los integrantes de la caravana continúan su camino con la esperanza de alcanzar mejores condiciones de vida, ya sea en Estados Unidos o en otro lugar que les permita reconstruir sus vidas lejos de la precariedad y los conflictos que los llevaron a emprender esta travesía.