El “Rey del Mambo” a 30 años de su muerte
Hoy 14 de septiembre se cumplen 30 años de la muerte del “Rey del Mambo”, el gran Dámaso Pérez Prado y de quien el escritor colombiano y Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez escribió: “El inmortal Pérez Prado puso al mundo patas arriba, desalojó a todos los ritmos del planeta, por eso, es uno de mis ídolos más antiguos y tenaces…”
En 1989 y a la edad de 72 años este genio de la música fallecía en la Ciudad de México a causa de un paro cardíaco.
Fue un músico, compositor y arreglista cubano, que adquirió la nacionalidad mexicana en 1980, luego de que en aquel país a finales de los años 40 y principios de los 50 conquistara la cúspide de la fama.
Como olvidar al “Rey” que con su ritmo y sonoridad puso en movimiento a toda una generación de bailadores, imágenes que quedaron plasmadas para la posteridad en el cine de la época de oro del cine mexicano a lado de grandes bailarinas como la cubana Ninón Sevilla, “la diosa rumbera”, entre tantas otras de renombre.
Dámaso Pérez Prado, habría iniciado su carrera artística en la tierra que lo vio nacer, la provincia cubana de Matanzas y desde ahí había arribado a La Habana en busca de nuevos horizontes, donde integró varias orquestas populares.
Al llegar a México, el cubano de enorme talento musical comienza a fusionar elementos del jazz y la rumba, dando de esta forma un sello distintivo a la agrupación que creó en México.
El prodigioso Pérez Prado, compuso tantas piezas que no les daba ni siquiera un nombre, sino números: El Mambo Nº 5 y el Mambo Nº 8 son las más conocidas, aunque con “Que rico el mambo” y Mambo Nº 5 genera una locura musical que muchos llamaron el mambo manía.
Como olvidar otros de sus tan conocidos éxitos: el Mambo del Politécnico que no puede faltar en eventos y celebraciones del Instituto Politécnico Nacional de la Ciudad de México, así como el Mambo Universitario usado también en eventos y celebraciones de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En su amplia gama musical podemos ubicar además de los ya mencionados, a otros éxitos como: Cerezo Rosa, Chicago, Dengue, Guantanamera, Qué rico el Mambo, Mambo en Trompeta, Marilyn Monroe, Mambo, Mambo del Taconazo, La niña Popoff, Patricia, Norma, la de Guadalajara, Mambo en Sax, Mambo a la Kenton, El Ruletero, Mambo en Trompeta.
Estudiosos de su obra señalan que sus interpretaciones estaban sobre la base de saxofones, trompetas, trombón, teclados y percusión, que proporcionaron una sonoridad mayor.
Aunado al talento de Pérez Prado se encontraba el también talentoso cantante cubano, Benny Moré, cuya voz quedó grabada en interpretaciones como Pachito eché, La múcura, María Cristina, Rabo y oreja, por solo citar algunas.
El éxito de Pérez Prado llegó a escenarios de Estados Unidos, donde prominentes personalidades de la música de ese país como Stan Kenton, Dizzy Gillespie y Artie Shaw, se interesaron por conocerlo y saludarlo personalmente, incluso Igor Stravinski compositor y director de orquesta ruso, lo reconoció como genio de la música.
El mambo de Pérez Prado, ha trascendido en el tiempo y parece no perder vigencia, ya que en todos los rincones de México y muchos otros lugares del mundo, su música hasta el día de hoy es escuchada y bailada, ya que el ¡Dale mambo! No puede faltar en ninguna pista de baile.