Historia y arquitectura envuelven a la Catedral de Santiago de Cuba
La Catedral de Santiago de Cuba representa el patrimonio del pueblo cubano, la cual durante su historia ha sido reconstruida en cuatro ocasiones, según cuentan los planos de época y otros documentos.
En la primera etapa el edificio mantenía una orientación este-oeste, donde su fachada principal miraba al fondo de la bahía, dándole la bienvenida a las embarcaciones en su arribo.
Los motivos de tales reconstrucciones eran a causa del asedio de corsarios y piratas, así como por temblores y terremotos que han afectado históricamente a Santiago.
Pensando en una tecnología que pudiera resistir las condiciones de sismicidad en la zona, fue entonces que entre 1810 y 1818 fue reconstruida la cuarta y última catedral, es decir, la que puede ser observada hasta nuestros días.
La catedral alberga obras de arte religioso como el Santo Ecce Homo, la pintura más antigua conservada en Cuba, una imagen que para el pueblo cubano es sumamente milagrosa, por auxiliar a la población en momentos de sequía.
Otros objetos de valor que posee el templo son enseres de la liturgia, empleados por destacadas personalidades como los obispos Morell de Santa Cruz y José María Claret y Clara, entre otros; imaginerías, muebles, altares.
Como no mencionar el órgano y que de inmediato hace referencia a la creación musical del presbítero Esteban Salas, considerado el Padre de la Música Cubana, que al igual que otros destacados maestros interpretaron sus obras en la capilla de música de la catedral.
Para la cuarta etapa de reconstrucción, el proyecto resultó un caso insólito, ya que, desde el terrible terremoto de 1766, que puso en pésimas condiciones la tercera, hubo que esperar cuarenta y cuatro años de discusiones locales y confrontaciones técnicas que rebasaron las fronteras de la isla.
El 24 de abril de 1818 la nueva imagen de esta catedral es inaugurada, convirtiéndose en el objeto mayor de inspiración de diferentes artistas que la han grabado, como la colección Cuba Pintoresca de F. Mialhe en 1839.
En 1854 es colocado el Altar Mayor de mármol y en 1873 se monta un nuevo órgano adquirido en Zaragoza, hasta que en 1874 se coloca un reloj en la torre derecha.
En 1932, tras el paso de un nuevo terremoto, las torres fueron afectadas y fue desmembrado su arcángel, por lo que fue necesario hacer trabajos a cargo del arquitecto cienfueguero Federico Navarro.
Las remodelaciones continuaron en a fines de la década de los años cincuenta con el arzobispo Enrique Pérez Serantes y en los ochenta y noventa del siglo XX por interés expreso del arzobispo Pedro Maurice, que se enfocaron en la cúpula mayor, afectada en su estructura interna de madera por un incendio.
Ya en el siglo XXI, el arzobispo Dionisio García Ibáñez visualizó un proyecto de recuperación integral, la cual se lleva a cabo por un equipo multidisciplinario integrado por el Grupo de Inversiones del Arzobispado y el de proyectos de la Oficina del Conservador de la Ciudad, con la colaboración de diversos especialistas nacionales y extranjeros.
En la celebración de la Gala Cultural por el medio milenio de la fundación de la villa de Santiago, en julio de 2015, se mostró la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba, totalmente remozada, preparada para seguir transitando en el tiempo como monumento significativo del patrimonio cubano.