El mundo ante la amenaza de una pandemia
Un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial señala que el mundo se enfrenta a un creciente brote de enfermedades infecciosas, ya que entre 2011 y 2018, la OMS registró 1483 brotes epidémicos en 172 países.
De acuerdo a lo redactado por la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación, un panel de expertos, políticos, jefes de organismos y líderes de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, convocado por la OMS y el Banco Mundial, “el espectro de una emergencia sanitaria mundial se vislumbra peligrosamente en el horizonte”.
Lo anterior fue dado a conocer luego de un análisis hecho con base a estudios de pandemias ocurridas en el pasado y la forma en que se atendieron esas crisis, con el fin de evaluar la capacidad del mundo para protegerse de las emergencias sanitarias, detectar los puntos débiles para atender estas emergencias y proponer estrategias de preparación.
“Si es cierto el dicho de que ‘el pasado es el prólogo del futuro’, nos enfrentamos a una amenaza muy real de una pandemia fulminante, sumamente mortífera”, apunta el informe.
Un ejemplo fue el caso de la pandemia mundial de influenza de 1918, también conocida como la gripe española, que enfermó a un tercio de la población mundial y mató a unos 50 millones de personas.
El análisis incluyó lo ocurrido durante la pandemia de gripe H1N1 de 2009, en la que murieron entre 150.000 y 570.000 personas durante el primer año que circuló el virus, así como el brote de ébola de 2014-2016 en África, que a enero de 2016 había causado 11.315 muertes.
En la actualidad, de existir un brote similar, morirían entre 50 y 80 millones de personas, es decir acabaría con casi el 5 por ciento de la economía mundial, además esta catástrofe se vería facilitada en medio de una población que hoy es cuatro veces mayor a la de hace 100 años y que puede viajar a cualquier parte del mundo en menos de 36 horas.
El estudio cita a enfermedades propensas a epidemias como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), el ébola, el zika, la peste, la fiebre amarilla entre otros.
De ocurrir una pandemia mundial sería una catástrofe que desencadenaría en caos, inestabilidad e inseguridad generalizada y peor aún es que “el mundo no está preparado”, en especial en países menos desarrollados, cuyos sistemas de salud colapsarían.
“La pobreza y la fragilidad exacerban los brotes de enfermedades infecciosas y ayudan a crear las condiciones para las pandemias”, afirmó Axel van Trotsenburg, director ejecutivo interino del Banco Mundial y miembro del panel”.
El estudio destaca que si bien los desarrollos científicos y tecnológicos brindan nuevas herramientas que promueven la salud pública, también permiten que los microorganismos causantes de enfermedades sean diseñados o recreados en laboratorios.
“Una diseminación intencional (de los microorganismos) complicaría la respuesta al brote. Además de la necesidad de decidir cómo afrontar el patógeno, deberían entrar en juego medidas de seguridad”, subrayó el especialista.
Por último, el reporte señaló que el riesgo de propagación de infecciones crece debido a factores como la falta de acceso a servicios básicos de las comunidades de escasos recursos, el aumento de la población, el cambio climático y las migraciones, por lo que, para mitigar esos riesgos, el panel recomendó una serie de “medidas urgentes” que deben tomarse a nivel global.
De acuerdo al informe los gobiernos deberían fortalecer sus sistemas de respuestas como invertir para crear vacunas y tratamientos innovadores; redoblar esfuerzos para la preparación de evaluaciones de riesgo económico ante una pandemia y fortalecer los mecanismos de colaboración y coordinación internacional.