Aprobada petición de asilo a periodista cubano pero aún sigue retenido por ICE
Un juez de inmigración le aprobó la petición de asilo político el pasado 18 de septiembre al periodista cubano Yariel Valdés González, pero el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) le ha denegado su liberación. El joven antillano de 29 años se encuentra en el Centro de Seguridad Media de la Parroquia Bossier en Plain Dealing, Louisiana.
Yariel comenta que ha “pasado, por tanto; primero en Cuba y ahora aquí”. Ya que esta es la segunda autoridad norteamericana que le aprobó su petición de asilo político luego de que el 3 de mayo fuese trasladado primero a las instalaciones de la correccional del condado de Tallahatchie en Tutwiler, Mississippi, para luego ser recluido en unas instalaciones que según el Southern Poverty Law Center, se encuentran 100 inmigrantes cubanos en condiciones precarias.
La primera vez que le fue otorgado el libre tránsito en tierras norteamericanas, sucedió el 27 de marzo del presente año cuando en el Puerto de Entrada de Calexico West, que se encuentra entre California y Mexicali, México, un oficial de inmigración lo entrevistó y le otorgó la libertad condicional, pero miembros del ICE lo retuvieron.
Actualmente el gobierno estadounidense tiene hasta el 18 de octubre para impugnar la orden del juez, aunque, fuentes cercanas al caso, esto no justifica el grado de hacinamiento al que el joven periodista ha sido expuesto. Gracias a su experiencia en el ramo periodístico, ha relatado su experiencia desde el centro de reclusión para el Washington Blade, así como en las publicaciones en las que ha colaborado desde que radicaba en la isla de Cuba.
Desde que ejerció como periodista en la “Mayor de las Antillas”, Yariel tuvo encuentros con autoridades cubanas que lo interrogaban y ha comentado que también fue objeto de detenciones arbitrarias y cuenta además de que se le prohibió abandonar la isla.
Toda su experiencia con el régimen cubano se encuentra en el expediente de 270 páginas en la que se encuentran evidencias y declaraciones de testigos que pudieron dar fé de la represión que vivió en el ejercicio de su labor.
Comenta que pudo salir de la isla cuando recibió una invitación para una conferencia de periodismo que se realizó en Colombia para luego al finalizar su participación, voló hacia México con la firme intención de dejar atrás todo lo vivido gracias al régimen cubano y cuenta que tuvo “miedo de que me bajaran de un avión”.
Concluye que “volver a Cuba sería aterrador”, ya que su “familia ha sido amenazada. Me van a encarcelar o peor, porque vine aquí y le dije a Estados Unidos todo lo que sé, [Hasta la decisión del juez de concederle el asilo] tenía mucho miedo de ser devuelto a Cuba”.