El duque y la duquesa de Cambridge llegaron a Pakistán en la noche del pasado lunes en una gira internacional, calificada por los analistas como la más “compleja y desafiante” de sus incipientes carreras reales.
Al llegar a la base aérea de Nur Khan en Rawalpindi justo después de las 9.30 p.m., la sonriente pareja real recibió una recepción en la alfombra roja cuando salieron juntos del avión RAF Voyager del Gobierno británico.
En la capital, Islamabad, fueron recibidos por un grupo de dignatarios y dos niños pequeños con vestimenta tradicional, quienes se apresuraron en besar a la duquesa tal como marca la tradición.
La duquesa se veía elegante con una aguamarina shalwar kameez, un traje tradicional paquistaní compuesto por un kurti acampanado, una camisa larga y pantalones, de la diseñadora británica Catherine Walker.
En su primer día de estancia oficial, la pareja real se enfocó en el tema de la educación al visitar tres escuelas locales en las colinas de Margalla, que se encuentran en las estribaciones del Himalaya.
William y Kate luego almorzaron con el primer ministro Imran Khan y fueron recibidos por una Alta Comisión Británica en el impresionante Monumento Nacional de la ciudad, que mostró lo mejor de la música y la cultura paquistaní. Entre los invitados a los festejos estuvieron figuras de la industria de la música y el cine del país y las artes creativas, el mundo de los negocios y los políticos.
La visita de cinco días a Pakistán, siguiendo los pasos de la que hiciera la princesa Diana en 1997, está diseñada para defender la importancia de una educación de calidad y resaltar cómo las niñas se benefician de seguir una educación superior y carreras profesionales
