Con trajes extravagantes, maquillaje, shorts cortos y uñas postizas, el trapero puertorriqueño Bad Bunny provoca a la audiencia de América Latina y defiende el concepto de una nueva masculinidad en un género musical tradicionalmente machista.
Benito Antonio Martínez Ocasio, su verdadero nombre, es a sus 25 años uno de los artistas más queridos del momento. Su estilo “femenino” y el guiño ocasional a la fluidez de género perfilan su identidad artística y rompe con todos los estereotipos del reguetón.
Estéticamente, Bad Bunny es tan diverso como los artistas y géneros con los que está conectado. “Lo fundamental es que es valiente”, opinó el académico José Forteza, editor de Condé Nast México & América Latina.
En declaraciones a CNN, Forteza, explicó que Benito “tiene una forma muy diferente de expresar la cultura urbana con un golpe visual y eso se ve reforzado por la forma en que abraza a diversos grupos sociales”.
“Bad Bunny abraza la feminidad que todos los hombres llevan dentro, y esta es una de las cosas que encuentro más interesantes sobre él, ya que está enviando un mensaje muy poderoso en un momento en que muchas personas discuten todas las cosas relacionadas con la igualdad”, añadió.
Cuando se trata de los estereotipos latinos de masculinidad, la moda puede ser una forma de desafiar las expectativas prescritas.
Sebastián Essayag, experto argentino en género y políticas públicas y consultor de la ONU, sostiene que Bad Bunny proviene de un esquema más amplio donde la masculinidad se caracteriza por la violencia, el comportamiento objetivante y la aversión al desarrollo sentimientos, así como una sensación de sexualidad hiperheteronormativa.
“Parece ser un agente para la transformación cultural”, dijo a CNN. “Como contrapunto, rebelde y políticamente incorrecto, Bad Bunny aprovecha su increíble popularidad para volver a representar el modelo de masculinidad tradicional dentro del género trampa al cambiar la narrativa y la estética en sus videos”.
Para el experto, el discurso del intérprete rompe “el tipo de códigos cómplices de masculinidad que han dañado los derechos de las mujeres y discriminado contra los hombres cuyas trayectorias no se han ajustado a una identidad machista”.
“Bad Bunny también hace este gesto contracultural dentro de una política global. y contexto social que favorece el cuestionamiento de las normas sociales y una industria cultural patriarcal”, acotó.
En un reporte sobre el tema, el investigador de moda colombiano William Cruz explica que la imagen es un vehículo poderoso cuando se trata de impulsar nuevas representaciones de masculinidad.
Y parece que el “Conejo malo” es consciente del mensaje diferente que envían sus elecciones de moda. “Hay personas que aprecian lo que hago; hay personas que lo critican”, dijo en una entrevista reciente con GQ.
“Hay personas que dicen: ‘Gracias por defender (nos), gracias por defender (esto)’. Hay otros que dicen que soy oportunista”. Entretanto, el artista sigue cosechando éxitos y colaboraciones, a medida que ocupa mayor espacio en una agenda dirigida a la inclusión y el respeto.
