¡Alguien se comió la banana vendida por 120 mil dólares en el Miami Art Basel!
Uno de los dos famosos plátanos, vendidos en el Art Basel Miami Beach por la sorprendente suma de 120 mil dólares, fue consumido el sábado por un individuo sin previa autorización, informó El Miami Herald.
La obra, titulada “Comediante” del italiano Maurizio Cattelan, uno de los artistas contemporáneos más famosos del siglo, fue expuesta en la pared exterior de la galería de Emmanuel Perrotin y adquirida durante el pre opening del esperado evento.
Los plátanos, comprados en una tienda y pegadas a la pared con cinta adhesiva, constituyen el primer aporte del italiano a una feria de arte en los últimos 15 años.
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Perrotin, fundador de la galería, dijo que las bananas son “un símbolo del comercio mundial, un doble sentido, y también un dispositivo clásico para el humor”. A la par, aseguró que Cattelan tiene la capacidad de convertir objetos cotidianos en “vehículos tanto de deleite como de crítica”.
De acuerdo con reportes del medio, el artista neoyorquino David Datuna fue el responsable de consumir la controversial fruta, cerca de la 1:45 p.m (hora local), frente a un centro de convenciones lleno de amantes del arte.
Lucien Terran, portavoz de la Galería Perrotin, explicó que, a pesar de la desaparición del plátano, la pieza no pierde integridad alguna.
“No destruyó la obra de arte. La idea es el plátano”, sostuvo. “Esto ha traído mucha tensión y atención a nuestro cubículo de exhibición y no nos gustan los espectáculos (…) Pero la respuesta ha sido genial. Trae una sonrisa a las caras de mucha gente”.
Por su parte, Emmanuel se molestó tras enterarse de lo sucedido. Quince minutos más tarde, uno de los participantes del Art Basel regaló una banana a la galería y un asistente lo adhirió a la pared.
Aunque la galería reportó el incidente a las autoridades competentes, David Datuna no fue arrestado.
Cattelan es, sin lugar a dudas, un artista controversial. Una de sus obras más conocidas, “Discutido e irreverente”, un retrete de oro macizo de 18 quilates valorado en más de un millón de dólares, fue robada este año mientras se exhibía en el palacio Blenheim, lugar de nacimiento de Winston Churchill.
La pieza, concebida por su autor como una ácida sátira sobre el exceso de riqueza, fue recuperada por la policía británica.