La reina Isabel II de Inglaterra, quien esta próxima a cumplir 94 años, se aisló la semana pasada en el castillo de Windsor, luego de que un asistente de palacio diera positivo en el test del COVID-19.
La medida tomada por la soberana británica fue de profilaxis necesaria, dado la inmensa cantidad de personalidades que recibe en Buckingham, sede de la Jefatura del Estado.
Hasta el momento, no se ha especificado el grado de proximidad de este asistente con la reina pero sí se dio a conocer que todo su entorno laboral ha sido aislado. Y es que no es un dato insignificante, ya que en Buckingham trabajan alrededor de 500 personas, entre funcionarios y contratados.
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— The Prince and Princess of Wales (@KensingtonRoyal) March 18, 2020
Acompañada por sus perros corgis, Candy y Vulcan, la monarca fue conducida en automóvil desde el palacio hasta su residencia de fin de semana en el condado de Berkshire (oeste de Londres).
La reina Isabel y el primer ministro británico, Boris Johnson, optaron por mantener contactos semanales vía telefónica, estos normalmente tienen lugar los miércoles en el palacio de Buckingham.
El duque de Edimburgo, marido de Isabel II, fue llevado en helicóptero al castillo de Windsor desde la residencia de Sandringham, al sureste de Inglaterra, donde descansaba en los últimos meses, para estar con la reina durante el descanso de Semana Santa.
