Después de una semana de negociaciones, en las que la directiva del Barcelona y el vestuario no se ponían de acuerdo en cómo afrontar la crisis económica como consecuencia del estado de alarma por el coronavirus.
El capitán del Barcelona, Lionel Messi, anunció que los jugadores aceptan bajarse el sueldo un 70% mientras dure esta situación.
También explicó que el vestuario hará aportaciones para que los empleados del club no sufran ninguna consecuencia, aprovechó su intervención en Instagram para criticar a la directiva que preside Josep Maria Bartomeu.
“No deja de sorprendernos que desde dentro del club hubiera quien tratara de ponernos bajo la lupa…”, publicó el argentino.
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El Barça apoyó a Messi. “La aportación adicional de la plantilla, más la que hará el club, asegurarán el 100% de los salarios de todo el personal no deportivo, que será sometido a un ERTE esta semana”, ha sumado el Barcelona.
El club, en un comunicado, explica que todas las plantillas profesionales, con el matiz importante de que en el caso del equipo de baloncesto “ha sido la mayoría”, es decir, no todos, han aceptado reducirse el salario durante el tiempo que se prolongue el estado de alerta.
Los jugadores dieron el sí a la propuesta de la directiva, pero según las fuentes, no fue nada fácil.
Crisis económica dentro del Barcelona
A la delicada situación económica del Barcelona se sumó la crisis del coronavirus.
El estado de alarma disminuyó los ingresos del club, que obtiene solo el 30% por los derechos de televisión.
La campaña pasada, más de la mitad de los ingresos del club azulgrana se produjeron por la explotación del estadio y por otros derechos comerciales, además del ticketing.
El Museo, por ejemplo, generó unos 60 millones y las tiendas tenían una facturación de 86 millones. Sin liquidez y con las fuentes de ingresos congelados, la directiva del Barcelona apuntó a su partida más onerosa, los salarios de los jugadores, la plantilla más cara de Europa.
En un principio, el vestuario se presentó comprensivo ante la situación. La relación entre jugadores y directiva hace tiempo que está desgastada, pero Messi y compañía parecían dispuestos a negociar con Bartomeu.
Los capitanes del Barcelona, sin embargo, no podían generar un consenso en el grupo. Había quienes aceptaban sin chistar, otros a los que les daba lo mismo, pero también había un grupo que consideraba que no eran ellos lo que tenían que cargar con la responsabilidad económica. Sin un pacto con los capitanes del primer equipo de fútbol, el Barcelona anunció el jueves de la semana pasada un ERTE retroactivo desde el 14 de marzo.