Activistas cubanos compran local en Pinar del Río para dar refugio a animales callejeros
Varios activistas de la organización por el Bienestar Animal Cuba (BAC) compraron un pequeño local en la provincia de Pinar del Río, el cual será convertido en el primer refugio para animales callejeros de ese territorio.
Según un comunicado publicado en Facebook por la organización cubana, la adquisición del local fue gracias a donativos recopilados por la Red BAC en todo el país.
El refugio costó unos 13.000 pesos cubanos, $500 dólares al cambio, y está siendo remodelado por activistas y colaboradores de la organización junto a amigos y familiares que se unieron al proyecto.
“En apenas tres semanas fue reunida la suma de $13 000 CUP, monto que nos pedían por la compra, y el 23 de mayo se oficializó la operación y fue adquirido el futuro hogar para los peludos”, detalla el comunicado.
“Inmediatamente comenzamos a hacer gestiones para el rediseño del lugar y que este cumpla con los estándares de bienestar animal a nivel internacional”, señalaron.
Luego de la compra del local, BAC publicó imágenes del lugar y de algunas labores de reconstrucción, que según comentaron, se ha complicado debido a la crisis por el coronavirus.
“Hay gestiones que hoy, por la situación que enfrenta nuestro país por la CoViD- 19, se nos escapan de las manos y hemos decidido presentarlo en las condiciones actuales, que no son las mejores y, a pesar de no estar funcionando aún, pues necesita mucho trabajo, estamos seguros que con la dedicación y el esmero de nuestros colaboradores y voluntarios y el amor que ponemos en todos nuestros proyectos estará listo lo más pronto posible”, destacaron.
En este nuevo refugio, donde a los animales rescatados de las calles además de brindarles rehabilitación médica, se les dará alimentos y los cuidados necesarios hasta que puedan ingresar en un sistema creado por BAC para adopciones responsables.
En el país, cientos de cubanos que abogan por los derechos de los animales han desarrollado de manera independiente iniciativas con el fin de proteger principalmente las poblaciones de perros y gatos callejeros ante el interés nulo de las organizaciones gubernamentales, que desde el 2018 continúan postergando una ley de protección animal.
