ESTADOS UNIDOS

Cuba podría amenazar los resultado electoral en EEUU, según la Casa Blanca

El director del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad de Estados Unidos, Bill Evanina, emitió una alerta con respecto a países que podrían constituir una amenaza cibernética en las venideras elecciones presidenciales, previstas para el 3 de noviembre.

De acuerdo con reportes de Radio TV Martí, la lista está encabezada por Irán, China y Rusia. No obstante, el funcionario también incluyó en la nómina a Cuba, Corea del Norte y Arabia Saudita.

“Creo que van a ocurrir muchas cosas en los próximos 70 días que van a impactar e influir esos asuntos por parte de estados amenazantes como Irán, China y obviamente Rusia. Tenemos ahora otros países que se están incorporando porque creen que funciona”, señaló Evanina durante un reciente evento virtual de la Cámara de Comercio de Estados Unidos.

“Quieren crear discordia en Estados Unidos, países como Cuba, Corea del Norte y Arabia Saudita. Tenemos a muchos países que juegan el juego, pero que no llegan al nivel de los tres grandes”, agregó el titular sin especificar la naturaleza o duración de las operaciones de estos actores.

¿Un 3 de noviembre sin resultados?

Por otra parte, advirtió que un aumento esperado en la votación por correo podría dejar sin saber el resultado de la contienda entre el actual presidente Donald Trump y su oponente, el candidato demócrata Joe Biden, el día después. Así como, numerosas contiendas congresionales. Por tanto, la nación debe estar preparada para que las elecciones no se decidan el 3 de noviembre.

Asimismo, recordó que en el 2014 la interferencia rusa comprometió la red de la comisión electoral en Ucrania.

Según el quinto y último informe de la Comisión de Inteligencia del Senado, publicado el martes, Rusia orquestó una agresiva campaña para apoyar la candidatura de Trump en 2016. El texto de más de 1.300 páginas indicó que la administración de Putin usó al operador político republicano Paul Manafort, al sitio web WikiLeaks y a otros, como parte de su estrategia para influir en la política estadounidense durante los siguientes cuatro años.

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