La escritora cubana Mabel Cuesta, profesora de la Universidad de Houston, vivió una amarga experiencia en su última visita a la Isla, cuando se disponía a pagar por un servicio de transporte en moto-taxi.
Cuesta, reconocida ensayista y poeta matancera, entregó por error un billete de 500 pesos cubanos (CUP) en vez de uno de 5. Resulta que ambas denominaciones tienen un diseño casi idéntico, con el mismo tono de verde, “como si no hubiera suficientes colores en la paleta universal”.
“En la nueva emisión de billetes, los de 500 son exactamente del mismo color, idénticos, a los de 5 de toda la vida. Como si los colores no tuvieran matices. Nada. Idénticos. Y ni hablar del asunto de “5” y “500” para billetes del mismo color. Hasta coherente y pragmático le debió parecer a ese sesudo controlador de diseños”, escribió la profesora.
El incidente sucede apenas un día después de que entró en vigor el llamado “ordenamiento monetario” en Cuba, proceso con el que se sacó de circulación la divisa nacional (CUC) y quedó únicamente el peso cubano y el dólar (este último para compras por tarjeta magnética).
Lo peor del caso es que Cuesta había mantenido una discusión con el conductor del mototaxi al que le pagó los 520 CUP. El hombre, en tono violento, le exigió un pago de 40 pesos por un tramo que vale 30.
“En fin, después del forcejeo verbal, y cuando vio que no iba a ceder, me espetó: ‘dame lo que te dé la gana’. Y le di (creía yo) 25 pesos. Y le dije tóxico y abusador. Entré a la casa de mi suegra, y por cierta intuición no explicada del todo me puse a revisar mi monedero. Fue entonces que descubrí que no le di 25 pesos al macho-man sino 520. Anjá, 520”, contó.
La escritora confiesa haber llorado mucho de impotencia y que, aunque no le duele tanto la pérdida de los 500 pesos, pensó de inmediato “en los viejitos pensionistas que ahora ganarán al mes 1500 pesos máximo”.
“¿Qué va a pasar cuando cometan el mismo error que yo y nadie los corrija? ¿Qué, cuando la tercera parte de su salario pueda confundirse con el de la nueva bolsa de café (7) menos 2 pesos y terminen dando 502?”.
“¿Quién nos quiere tan poco como para no advertir estas pifias que pueden arrasar con el sustento de quienes apenas pueden sustentarse?”.
