La bailarina y actriz Viengsay Valdés, sucesora de Alicia Alonso en la dirección del Ballet Nacional de Cuba, desató la indignación de cientos de cubanos en redes sociales cuando los medios del Estado difundieron su declaración sobre los violentos sucesos del 27 de enero frente al Mincult.
Valdés llamó “provocadores” a los jóvenes que se manifestaron pacíficamente en el Ministerio de Cultura para pedir diálogo con las autoridades y respeto a las libertades. Estos jóvenes artistas recibieron como respuesta golpes y empujones por parte de funcionarios y agentes de la Seguridad del Estado.
Alpidio Alonso Grau, el propio ministro de Cultura, propinó el primer golpe a un joven periodista independiente, al que luego le arrebató el teléfono celular. Minutos después se personaron en el lugar agentes vestidos de civil que los obligaron a subir por la fuerza a un ómnibus.
Sobre estos sucesos, Viengsay Valdés dijo que fue “claramente una provocación y una afrenta a nuestras instituciones y a Martí, un ser extraordinario que supo alertarnos de las peligrosas intenciones de los Estados Unidos hacia Cuba y Nuestra América”.
“Quienes sirven a esos intereses, lejos de honrarlo, lo mancillan. Para mí, está claro que no existía intención de diálogo, solo de crear disturbios contra el escudo de nuestra Revolución: la Cultura”, agregó la bailarina.
Las palabras de la “heredera” de Alicia Alonso no fueron bien recibidas por los miles de cubanos que desde las redes se informaron de primera mano sobre lo ocurrido frente al Mincult. Algunos no demoraron en señalar los privilegios que goza Valdés, no solo por su posición como directiva, sino además por la de su marido, empresario del Turismo en Cuba.
La activista y curadora de arte Salomé García recordó que cuando Valdés sale a “defender la Revolución”, en realidad lo que está defendiendo es su modo de vida, que probablemente no se sostiene con su salario de directora del Ballet Nacional.
“Su esposo Carlos Herrero Franco es empresario del turismo en Cuba. En una sociedad transparente, donde las empresas tuvieran que competir por contratos, y donde los cubanos pudiéramos crear nuestras empresas sin tener un pasaporte extranjero, ese nombre no podría seguir viviendo de explotarnos”, escribió García.
También agregó datos de Guy Chartier, el representante en Virgin Islands de la empresa que dirige Carlos Herrero, es un empresario canadiense con relaciones con compañías mineras.
“Vaya usted a saber cuán profundo llegan esas redes de corrupción. Me pregunto, ¿cuánto pagan de impuestos en Cuba esas empresas que están todas registradas en paraísos fiscales?”, agregó la también artista.
Viengsay Valdés y Carlos Herrero se conocieron en Cuba, donde él forma parte de una “conocida familia de empresarios asturianos que trabaja desde hace décadas en el sector turístico”, reseñó el portal La Nueva España en 2013, año en el que se casaron.
“Los novios han anunciado que será una boda discreta, aunque no faltará una representación de la familia cubana de la novia, hija de diplomáticos de la isla caribeña. Su padre, fallecido hace pocos años, fue uno de los primeros embajadores en el extranjero del régimen de Castro, con varios destinos, principalmente en el sudeste asiático. La madre también pertenece al cuerpo diplomático, habiendo desempeñado el cargo de cónsul en diversos países”.
El perfil de LinkedIn de Carlos Herrero dice lo siguiente:
“Mas de 18 años de experiencia gestionando negocios de empresas extranjeras en Cuba. Dominio de las leyes aplicables a las empresas extranjeras, así como de la interacción con entidades estatales y gubernamentales.
Operación tanto de Sucursales extranjeras como de Empresas Mixtas. Negociación de contratos de gestión con más de 15 contratos hoteleros negociados y de creación de empresas mixtas (documentos constitutivos). Operación y gestión de las empresas en funcionamiento”.
En esa red, aparece como director de Wilton Properties Ltd. desde 2015 hasta la actualidad, una empresa asociada a la Cámara de Comercio de Cuba. También figura miembro de la junta directiva de VanCuba Holdings S.A., Bella Vista Resorts S.A. y Grand Leon Resorts S.A.
