Con un repunte de hasta casi mil casos de Covid-19 diarios, muchos de origen “importado”, Cuba ha dado un paso atrás en la flexibilización de las medidas sanitarias y volvió a restringir los vuelos provenientes de una serie de países, entre los que se encuentran México y Estados Unidos.
Los rebrotes de la enfermedad comenzaron una vez el Gobierno comunista decidió reabrir las fronteras a finales de año para aliviar la profunda crisis económica desatada por la pandemia mundial. El turismo es la segunda fuente de ingresos para la isla, después de la exportación de servicios profesionales.
De ahí que el régimen de Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel decidiera reducir de manera temporal los vuelos provenientes de México, Estados Unidos, Panamá, República Dominicana, Colombia y Bahamas, a uno cada 15 días.
Paralelamente, se suspenderán los vuelos procedentes de Nicaragua, Guyana, Trinidad y Tobago, Haití y Surinam.
Las autoridades también informaron que los turistas que arriben a Cuba a partir del 6 de febrero serán sometidos a una prueba PCR en el aeropuerto y luego trasladados a hoteles para pasar un aislamiento con vigilancia médica de cinco días.
A estos visitantes se les aplicará una segunda prueba, y en caso de salir negativo, podrán dejar el aislamiento. Todos los gastos correrán por parte de los visitantes. Quienes resulten positivos en la prueba serán hospitalizadas.
Los ciudadanos residentes serán ubicados en centros de aislamiento de manera gratuita hasta que los resultados de sus pruebas PCR sean negativas. Al parecer, más del 70% de los casos está vinculado a viajeros, principalmente cubanos y cubanoamericanos.
Otro país que no volará a Cuba el Canadá. Este viernes 29 de enero el gobierno canadiense y las principales aerolíneas de ese país anunciaron la cancelación temporal de los vuelos hacia México y el Caribe, hasta el 30 de abril.
En conferencia, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que “ahora no es el momento de volar” y ordenó que quienes lleguen a Canadá deberán permanecer en cuarentena en hoteles durante al menos tres días bajo estricta supervisión y cubrir sus gastos; el hospedaje en esa situación puede alcanzar los 2 mil dólares canadienses.
