Desde que el astro del fútbol Diego Armando Maradona murió, sus hijas, Gianinna, Jana y Dalma, no han cesado de alzar la voz y señalar directamente al neurocirujano Leopoldo Luque como responsable del deterioro del estado de salud de su padre.
Por lo que se inició una serie de procedimientos legales para abrir una investigación sobre las circunstancias que rodearon la muerte del Diez.
Una comisión médica formada por veinte peritos, entre ellos patólogos forenses que realizaron la autopsia y especialistas de diversas disciplinas médicas ha realizado un duro informe de 70 folios que ahora ha visto la luz.
En los primeros análisis realizados tras la autopsia, ya se filtró que Maradona podría haber sufrido una larga agonía de horas.
Las conclusiones de este informe ahora reveladas concretan mucho más la dureza de la realidad que vivió Maradona antes de morir.
La información supone todo un duro golpe para la familia y también respalda su teoría de que Diego Armando no fue atendido de la manera adecuada.
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Lo que vivió Maradona horas antes de su muerte
A lo largo de los 70 folios se puede leer que Diego Maradona fue “abandonado a su suerte” por el equipo médico que lo rodeaba y que le brindó un tratamiento “inadecuado, deficiente e imprudente” que lo llevó a una agonía lenta.
Especifica que “comenzó a morir al menos 12 horas antes” de ser encontrado sin vida y que soportó un “período de agonía prolongada”.
El informe señala además que “se ignoraron las señales de peligro para su vida que presentó”, así como que la atención de enfermería brindada está “teñida de deficiencias e irregularidades”.
Maradona falleció a consecuencia de un problema cardíaco el 25 de noviembre a los 60 años. La estrella del fútbol se encontraba en su residencia de Tigre, al norte de Buenos Aires.
La comisión médica que investiga el caso, concluye en el informe que Maradona “habría tenido más posibilidades de supervivencia” si hubiera sido ingresado en un hospital.
“Teniendo en cuenta el cuadro clínico, clínico-psiquiátrico y el mal estado general, debería haber continuado su rehabilitación y tratamiento interdisciplinario en una institución adecuada”, señalan, haciendo referencia a que “no estaba en pleno uso de sus facultades mentales, ni podía tomar decisiones sobre su salud” después de su operación por un hematoma en la cabeza a principios de noviembre.
“El equipo médico tratante consideró plena y completamente la posibilidad del desenlace fatal del paciente, pero permaneció absolutamente indiferente ante este tema y no modificó su comportamiento y enfoque médico (…) y se rindió a su suerte”, denuncia el informe.
Por su parte, Leopoldo Luque se defiende asegurando que fue Diego Armando Maradona el que insistió en salir del hospital y se negó a ser trasladado a otro centro.
“Estoy absolutamente seguro de que hice lo mejor con Diego, lo mejor que se podía”, afirmó el médico en una rueda de prensa a finales del año pasado. “Si de algo soy responsable de Diego fue de amarlo, de cuidarlo, de extenderle la vida y mejorarla. De eso soy responsable. Yo hice lo imposible para eso”, añadió entre lágrimas.
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