“Cocaine Cowboys”, la docuserie de Netflix sobre narcotraficantes cubanos en Miami
Para el director Billy Corben, la explosiva serie documental de Netflix Cocaine Cowboys ha sido una odisea durante 12 años, reseña Vanity Fair.
Durante las últimas dos décadas, Corben y su socio productor Alfred Spellman han realizado varios documentos sobre el tráfico de drogas en Miami, comenzando en 2006 con el documental original Cocaine Cowboys, que se centró en el brutal reinado de Griselda Blanco Falcón.
A ese documental le siguieron dos secuelas, que se adentran más en el género de las “folladas de Florida” que el dúo de Miami creó y arrinconó.
La última entrega es la serie de Netflix, que sigue la vida salvaje de Sal Magluta y Willie Falcón -exiliados cubanos- los capos del narcotráfico conocidos como “Los Muchachos”, que dirigían el comercio de cocaína en Miami en la década de 1980.
Fueron acusados de contrabandear al menos 75 toneladas de material a los EEUU y de haber recaudado más de 2.100 millones de dólares a lo largo de los años.
Vivían peligrosamente, dos Tony Montanas más grandes que la vida superaron a la ley en varios momentos antes de sus inevitables arrestos. Pero resulta que Cocaine Cowboys no es solo la apoteosis del trabajo de Corben y Spellman. También es la génesis.
“De hecho, es la primera historia que queríamos contar”, dice Corben.
Cuando el dúo se propuso originalmente contar esta historia en los primeros años, nadie de la órbita Magluta-Falcon estaba listo para hablar. Esa represa se rompió unos años más tarde, cuando Marilyn Bonachea, la novia de toda la vida, confidente y contable ocasional de Magluta, vio a los Cocaine Cowboys originales y se acercó a Corben. El cineasta quedó gratamente sorprendido, pero no conmocionado.
El documental original de los Cocaine Cowboys se había convertido en un éxito de culto, hasta el punto en que él y Spellman respondían llamadas para entrevistas con una frecuencia cada vez mayor.
El director dice que Spellman a menudo bromea diciendo que cuando las personas salen de la prisión en Florida, “su primera llamada es para su madre y su segunda llamada es para nosotros, para hacer un documental sobre ellos”.
Bonachea finalmente estaba fuera del programa de protección de testigos y estaba lista para hablar, ofreciendo al dúo un camino hacia la órbita Magluta-Falcon.
Después de que ella se puso en contacto, Corben y Spellman empezaron a hacer sondeos para más temas, mencionando el proyecto en una entrevista con Ocean Drive Magazine . El artículo, sorprendentemente, llamó la atención del propio Sal Magluta, un suscriptor de Ocean Drive que actualmente cumple su sentencia de prisión en una prisión federal de máxima seguridad en Illinois. Se acercó al cineasta en una carta, ofreciéndole acceso a la casa de sus padres y sus archivos, incluida fotos, videos y registros legales.
“Termino en la casa de los padres de Sal, y su madre me prepara cafecito y me alimenta pastelitos”, recuerda Corben entre risas. “Estoy revisando sus álbumes de fotos de Cuba hasta básicamente el tercer arresto de Sal en 1991”.
Vaqueros de cocaínaes un mapa de las increíbles vidas de Magluta y Falcon, trazando sus humildes comienzos a través de sus fastuosos picos.