Definitivamente, la jornada de trabajo que le tocó vivir entre la noche del pasado sábado 15 y domingo 16 de junio a los agentes de la policía de Magog, en Canadá, difícilmente se podrá repetir en otra ocasión; y es que luego de poner bajo arrestoi a una joven por conducir ebria tuvieron que agregar a la celda a la madre de la misma, pues fue a buscar a su hija bajo los efectos del alcohol.
Los hechos se desencadenaron en las últimas horas de la noche del sábado 15 de junio, cuando uno de los patrulleros de la policía de Magog se acercó hasta un vehículo que parecía estar atascado en un lado de la carretera cerca de Des Pères Rd. Y Norbel St. en Magog.
En el momento en el que el oficial aborda a la conductora del vehículo decide llevarla hasta las instalaciones del recinto policial al sospechar de su estado de ebriedad; al llegar al lugar, la mujer (de 27 años) se negó a practicarse la prueba de alcoholemia, sin embargo, el hecho de que estaba bajo los efectos del alcohol era evidente, razón por la cual esté el negarse a la prueba solo aumentó los caros de su detención.
Tan solo 2 horas más tardes se apersonó en el departamento de policía la madre de la detenida, quien para sorpresa de todos se había dirigido hasta el lugar manejando su vehículo en un estado idéntico al que se encontraba su hija.
La mujer de 50 sí se practicó la prueba de alcoholemia, quedando tras las rejas por ponerse en el volante en estado de ebriedad.
De esta forma, madre e hija (residentes de Montreal) quedaron detenido el mismo día, en el mismo lugar y por la misma razón; definitivamente acá aplica el dicho “de tal palo, tal astilla”.
Este caso se dio a conocer gracias al medio local “Montreal Gazette”; quien se encargó de difundir los hechos.
A consecuencia de sus actos fueron suspendidas las licencias de conducir de estas irresponsables ciudadanas; posterior a ello fueron en puestas en libertad, con la promesa de presentarse días después a comparecer ante el tribunal de Sherbrooke para evaluar, dictaminar y deliberar respecto a su caso.
