“Una pesadilla” vivieron turistas canadienses en centro de aislamiento en Cuba
“Una pesadilla” vivieron unos turistas canadienses en un centro de aislamiento en Cuba, según testificaron al medio Québec La Presse.
Los jóvenes se quejaron de las malas condiciones y el alto costo del aislamiento por COVID-19 en un hotel en Cayo Coco, Cuba. “Parece un lugar abandonado. Había arañas por toda mi cama”, dijo Audray-Ann Lapointe, de 19 años.
Las mujeres jóvenes deben pagar 150 dólares por día, cada una, por alojamiento y comida en el Hotel Playa Paraíso. “Al final de mi aislamiento, me cobraron por una consulta médica que nunca tuve”, denunció Lapointe.
“Solo teníamos una botella de agua al día y teníamos que luchar por ella”, agregó la canadiense que también se quejó de la mala calidad de la comida y que la recibían en horarios aleatorios.
“Una familia llegó aquí con su bebé, de unos meses. Le pidieron leche al personal para alimentarlo y él no quiso. Dijo que le diera agua en su lugar”, contó.
Por su parte, Guylaine Pellerin, de 21 años, dijo que la estancia en el hotel de aislamiento fue “como una pesadilla. Hay basura por todas partes. Es como una pequeña cárcel. Una enfermera entró en nuestra habitación, se quitó la máscara y preguntó si podía usar nuestro baño”.
Laurianne Gagné, de 22 años, contó que en su habitación no había jabón ni papel higiénico. “Lo hemos estado pidiendo durante dos días”, dijo. Solo tenían una sábana en la cama y las lagartijas deambulaban por el apartamento.
“El ambiente es pesado. Todos están molestos, asustados y preocupados. No es seguro. Ponemos una silla frente a nuestra puerta. Estamos preocupados, y nuestras familias también”, agregó.
Según las jóvenes entrevistadas por La Presse, el Hotel Playa Paraíso está lleno de quebequenses con Covid-19. Cuando llegaron, se les prometió que se harían pruebas diarias hasta que su carga viral fuera lo suficientemente baja como para regresar a Canadá. Sin embargo, sólo tenían derecho a una prueba PCR cada cinco días.
“Parece que lo están haciendo a propósito para que nos quedemos más tiempo. Por eso no quieren que nos examinen”, dijo Gagné.
La canadiense contó que se arriesgaron y ofrecieron dinero a un médico después de escuchar que algunas personas estaban sobornando a los trabajadores de la salud para que dieran negativo.
“Nos dijo que no necesitaba el dinero, pero que recibiría un beso a cambio. Cuando se dio cuenta de que otro médico lo había escuchado, retiró su propuesta”.
“Estuvimos siete días en Cuba, de los cuales tres fueron presos. Las vacaciones se arruinaron sin remedio. Ninguno de los empleados se disculpó siquiera con nosotros”, dijo también la turista rusa Natalya Savina sobre su viaje soñado a la Isla en 2021.
Que se jodan, por creerles a esa dictadura.
Igual van a seguir cayendo porque la estupidez humana es infinita, así que esta serie continuará.
Quien no oye consejo no llega a viejo, este viejo refrán se adpta muy bien a los turistas que engañados por los aparentes bajos costes y promesas mentirosas hacen las agencias de turismo caen en las trampas de la dictadura y sus complices.
En internet existen muchas referencias sobre la triste realidad de muchos turistas en la Isla de Cuba, además muchos gobiernos hacen advertencias para que sus nacionales no viajen a Cuba por infinidades de razones, no se trata de hacer un boicot, es la realidad que se vive en una estanccia vacacional.
A la dictadura ya no le interesa la calidad de sus servicios, solo el dinero de los turistas.