“Le niegan la asistencia médica”: la familia de José Daniel Ferrer pudo hablar con él en prisión
La familia del opositor y líder de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), José Daniel Ferrer García, denunció que este continúa sufriendo problemas de salud en prisión, donde las autoridades castristas se niegan a brindarle atención médica.
Mediante un video compartido por la esposa del activista, la doctora Nelva Ortega, la familia de Ferrer indicó que este pudo recibir una visita en prisión, en la cual les informó de todas las dolencias que ha pasado durante su injustificado encierro en la cárcel de Mar Verde, en Santiago de Cuba.
“Se mantiene con los fuertes dolores de cabeza, zumbido en los oídos, sangrados bucales. Está con una pérdida de empastes de hace ya 15 días aproximadamente. Le niegan la asistencia médica y estomatológica”, declaró Ortega, quien señaló que a la visita también pudieron acudir tres de los hijos de Ferrer.
Ferrer indicó que continúa en la misma celda, en la cual no recibe luz natural y se encuentra vigilada por cámaras de seguridad y grabadoras que monitorean que este no pueda conversar con otros reos o guardias de la prisión.
“Lo están matando lentamente. Lo están sepultando vivo”, declaró la doctora Ortega.
Según la denuncia, la familia del líder opositor intentó entregarle alimentos, pero las autoridades penitenciarias impidieron el ingreso de la mayoría de estos insumos.
La esposa de Ferrer aseguró que este se encuentra agradecido con aquellas personas dentro y fuera de la Isla que han exigido su libertad.
“Mandó un fortísimo abrazo a todas aquellas personas que están apoyando esta causa y su total agradecimiento por seguir apoyando su liberación; por exigir no solo la de él, sino la de todos los presos políticos, no solamente del 11J, sino de los que ya llevan muchos años presos”.
El líder de la Unpacu fue detenido el pasado 11 de julio, cuando este intentó llegar con su hijo a las manifestaciones que estallaron en las calles de la Isla.
Ferrer fue interceptado a solo dos cuadras de su vivienda, lo que demuestra que el régimen castrista lo mantenía vigilado desde que comenzaron las protestas populares en varias ciudades de la Isla.