Parece increíble y sacado de un programa humorístico, pero la verdad, es que realmente sucedió en la ciudad británica de Bath, condado inglés de Somerset.
Todo inició mientras Sally Ann Fricker, de 54 años de edad, se encontraba paseando en el parque con su pequeña nieta; en medio de esta actividad, decidió lanzar un trozo de salchichas para alimentar a las palomas, un acto que ella pensó sería inocente e inofensivo.
Sin embargo, justo en ese momento, y de la nada, salió un cuidador municipal, quien considerando sus acciones completamente inaceptables, le propinó una multa de 150 libras esterlinas (equivalentes a 190 dólares).
Ante esta situación, Fricker refiere haberse sentido fuertemente conmocionada; más tomando en cuenta que el oficial justificó su sanción en el hecho de que ella había arrojado en una vía pública una cantidad sustancial de comida.
Y aunque esto es lo que el funcionario alega, la verdad (y según lo que la afectada consideró) la cantidad de comida arrojada fue realmente pequeña; tanto así que al momento de la emisión de la multa, las palomas ya se la habían consumido la totalidad de la salchicha, desapareciendo el motivo de la disputa sin dejar ningún tipo de rastro.
Cuando el oficial abordó a la abuela, esta trató de ofrecerle explicaciones; pero las mismas fueron completamente ignoradas; procediendo así el oficial a informarle que tenía un plazo máximo de 28 días para pagar la multa, y si decidía ignorarla, sería llevada ante la justicia y multada por 2.500 libras esterlinas (3.175 dólares).
Los hechos fueron captados a través de un video que fue subido a las redes sociales causando gran revuelo.
Además, varios medios locales se encargaron de cubrir el caso.
Luego de que las autoridades estudiaran la situación, admitieron que las acciones realizadas por la abuela podían traer perjuicios para la ciudad, por lo que no se deben practicarse; sin embargo, pidieron a los responsables del hecho, reconsiderar la gravedad de la transgresión realizada por la mujer.
