FARÁNDULA

América Valdés rompe el silencio y habla sobre su experiencia con una pareja abusiva

La actriz, cantante, modelo América Valés, hija del humorista cubano Alexis Valdés y la actriz chilena Paulina Gálvez, rompió el silencio y habló sobre su experiencia con una pareja abusiva.

Según relató la talentosa joven, de 18 años, en el podcast “Como yo lo veo” de Claudia Valdés, pareja de su padre, “el abuso está mucho más aceptado de lo que pensamos”.

Recientemente, América puso fin a una relación de más de un año de la cual le costó mucho salir. Si bien no sufrió episodios de violencia física, —explica— sí hubo mucho daño emocional. Quien fuera su pareja le prohibía hablar de su trabajo, amigos y la maltrataba en significativas fechas. Ante este tipo de situaciones, la multifacética artista recordó a los oyentes que el abuso no solo se asocia con lo físico.

“La palabra abuso choca, y la gente tiene una idea preconcebida de lo que es el abuso, pero el abuso está mucho más presente y aceptado de lo que pensamos. La manipulación, el control, intentar bajarte la autoestima, todo eso es abuso”, sentenció. “Sufrí un control impresionante, tenía prohibido mencionar a cierta gente, no podía hablar sobre la gente con la que trabajaba porque me regañaba. Mi cumpleaños lo pasé llorando porque me regañó por hablar con otra gente”.

Te das cuenta de todo lo que no debería haber pasado

Asimismo, América indicó que las relaciones abusivas se basan principalmente en la manipulación y en hacer sentir culpable a la víctima.

“Terminas en un estado que creo que mucha gente se puede identificar con eso, y es que llegas a un estado en el que prefieres disculparte sabiendo que no has hecho nada mal a seguir la lucha, y lentamente lo que va pasando es que tu mente se confunde”, manifestó la actriz, quien ahora se encuentra residiendo en México.

“En un tiempo que estuve sola, noté lo bien que yo me sentía sola, un bien que no había sentido en mucho tiempo, y me di cuenta de que cuando se acercaba la fecha de que él me visitaba yo no podía dormir, no podía estar quieta, tenía miedo, lloraba todos los días”.

Para la joven, quien se ha convertido en una activista por los derechos raciales dentro de la comunidad cubana en Miami, lo más difícil no fue romper la relación sino el periodo de duelo que siguió a la ruptura. En este tiempo —detalla— “te das cuenta de todo lo que pasó y no debería haber pasado, pero en el momento no lo podías ver”.

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