Atados de manos y pies, un grupo de cubanos residenciados en Nueva York se apostaron frente a la sede la Organización de Naciones Unidas (ONU) como una forma de protesta para alzar su voz contra la dictadura cubana y solidarizarse con los presos políticos, de quienes exigen su liberación.
El joven y reconocido periodista cubano, Carlos Manuel Álvarez, encabezó la manifestación y en un video aseguró el régimen de Cuba “es tan ineficiente como ilegítimo”.
“Estamos aquí para expresar nuestra solidaridad con los presos políticos cubanos y nuestras quejas por la forma de generar impuestos en Cuba por un régimen político tan ineficiente como ilegítimo”.
“Esta protesta no es gratuita ni exagerada. Esta es la representación fiel de cómo se vive en Cuba”, dice Álvarez quien aparece amarrado a un tubo en medio de la calle.
Los manifestantes llevaron cajas con los rostros de quienes el régimen castrista mantiene bajo prisión por pensar distinto al sistema político y social que ha implementado los Castro por más de 60 años en la Isla.
“Los cubanos (en la Isla) viven de muchas maneras atadas de manos, y con una especia de garrote en el cuello sometidos por un régimen, por un sistema político que no respeta las libertades civiles, ni individuales”, sentenció el también escritor.
“SOS Cuba”, “Cuban lives matter” (Las vidas de los cubanos importan), “Cuba is not a social utopia, Cuba is a dictatorchip” (Cuba no es una utopía social, Cuba es una dictadura), son algunas de las frases que se lee en los carteles que colocaron frente a la ONU.
Carlos Manuel compartió una pequeña experiencia que vivió, seguramente minutos después de iniciar la protesta, con un hombre afrodescendiente que le dijo una pequeña frase: “I’ll spread the Word” que le hizo reflexionar.
“I’ll spread the Word” me dijo el hermano afroamericano de la bici. Aquí les cito a Mbembe, para que veamos que lo que está pasando en Cuba no es excepcional y se entiende perfectamente dentro de las corrientes más agudas del pensamiento social contemporáneo: “La esclavización de negros constituyó el mayor ejemplo de la trabazón entre la clase y la raza. Mis trabajos se han centrado particularmente sobre ese momento histórico y sus figuras (…) en las condiciones contemporáneas, la forma en que los negros fueron tratados en ese primer periodo se ha extendido más allá de los negros mismos. El “devenir negro del mundo” es ese momento en que la distinción entre el ser humano, la cosa y la mercancía tiende a desaparecer y borrarse, sin que nadie –negros, blancos, mujeres, hombres- pueda escapar a ello.”
