Cantinflas, Manuel Medel y Armando Bianchi: Los tres amores de Rosita Fornés
Rosita Fornés, la última vedette de Cuba, falleció el pasado 10 de junio en Miami, Florida, a los 97 años, víctima de una afección respiratorio con la que lidiaba desde hace algún tiempo. Durante sus casi ocho décadas de carrera artística, la cantante, actriz y bailarina no solo acumuló galardones, sino también varios romances.
Por ello, hemos decidido rememorar algunos de los personajes que le robaron el corazón de nuestra inigualable Rosita.
Nacida en Nueva York de 1923, Rosalía Lourdes Elisa Palet Bonavia se asentó junto a su madre —de origen español— en La Habana, luego de que esta se divorciara y contrajera matrimonio con el empresario valenciano José Fornés Dolz, de quien la cantante adoptó su apellido artístico.
En 1938 gana el concurso de la radioemisora cubana CMQ-Radio, La Corte Suprema del Arte, con la milonga “La hija de Juan Simón” y desde entonces, comenzó a llamarse Rosita Fornés. Su debut cinematográfico no llegó hasta 1939 con el film de Ramón Peón, “Una aventura peligrosa” y dos años más tarde, haría su entrada a los grandes escenarios con la opereta “El asombro de Damasco” y en el rol de Zobeida.
Su primer amor
Ya en 1945 —con 22 años de edad— Fornés había asentado las bases de una importante carrera en Cuba y decidió conquistar nuevos horizontes: específicamente, México.
Fue en la nación azteca donde registró su paso más importante en la gran pantalla y recibió el reconocimiento de estrellas de la época como María Félix, Jorge Negrete, Luis Aguilar, con quien rodó “No me olvides nunca”, y Mario Moreno, “Cantinflas”. Este último, su primer amor.
“Él se fue fijando en mí en los ensayos, me buscaba para conversar conmigo. Y fue naciendo una atracción entre los dos muy bonita. Él quería que yo fuera a México para formalizar allá ese romance”, recordó la vedette en el documental Rosita Fornés: Mis tres vidas. “Hasta habló con mi padre porque él estaba casado hacía tiempo y le dijo que estaba separado, porque se estaba divorciando. Yo era muy joven y me enamoré de él de verdad. Fue el primer amor que tuve en serio, romántico, bonito e inesperado”.
Lamentablemente, esta relación no trascendió porque el padre de Rosita estaba empeñado en que ella saliera del mundo artístico.
“Se fue afectando la relación con Mario, porque mi padre empezó a averiguar y él no se había terminado de divorciar. Él me ofreció el oro y el moro, que tuviera paciencia, que me quedara, que iba a estar muy bien en México, que él estaría siempre a mi lado. Pero mi padre me dijo, no veo esto claro, me hizo dejarlo todo y me trajo para Cuba. Eso me entristeció, todas mis ilusiones se vinieron abajo, pero al llegar el trabajo no me faltó”, confesó.
El padre de su hija
Tres años después de su primera llegada a la nación centroamericana, Rosita se casó con el actor, director artístico y empresario mexicano Manuel Medel. Juntos formaron una compañía artística que tuvo entre sus miembros a importantes cantantes líricos como Pepita Embil y Plácido Domingo, padre.
De esta unión de cuatro años, también nació la única hija de la cubana Rosa María Medel Palet.
Su compañero de 30 años
Luego de su separación con Manuel, Rosita regresó a La Habana e hizo su primera aparición en la pantalla chica con la opereta “La casta Susana”. Fue en este medio donde conoció Armando Bianchi, quien sería su esposo durante casi tres décadas, hasta su muerte en 1981.
“Me impactó la presencia de Armando Bianchi, lo simpático que era trabajando. Luego nos eligieron en un programa como Miss y Mr Televisión. Eso nos unió más hasta que surgió el romance y culminó en un una unión perfecta. Así surgió un amor muy bonito que duró 28 años hasta que él falleció. Viví una vida intensa con él, trabajé mucho con él, viajé con él”, narró.