El domingo tres de noviembre y en coincidencia con la mayoría de los países del hemisferio norte que lo utilizan, Cuba regresa al horario normal luego de haber utilizado el horario de verano para optimizar el uso de energía con la luz natural del Sol.
A la una de la madrugada del domingo 3 de noviembre se deberá atrasar una hora a los relojes, por lo que según la Oficina Nacional para el Control al Uso Racional de la Energía (ONURE) existirá un mayor uso de la luz artificial. La demanda de electricidad y además se registra, como es habitual, un desplazamiento del pico eléctrico, que ahora ocurrirá entre las cinco de la tarde y las nueve de la noche.
Por ello, esta entidad hace un “llamado para fomentar el ahorro como una práctica de vida, tanto en los hogares como en los centros de trabajo. Se exhorta a utilizar en ese horario solo la iluminación y equipos necesarios, procurando desplazar las actividades del hogar fuera del horario pico”.
La práctica del cambio de hora fue propuesta por primera vez por Benjamin Franklin y posteriormente, en 1907, por William Willett. Se empleó frecuentemente por primera vez en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, para ahorrar carbón. A pesar de las controversias, muchos países lo vienen empleando desde entonces. Los detalles horarios difieren del país y a veces son modificados.
