Cuba cerró el 2024 con una terrible producción de huevos
Las mismas autoridades castristas han reconocido la gravedad de la situación, señalando que la falta de alimento ha matado de hambre a miles de gallinas
La producción de huevos en las granjas avícolas estatales de Cuba atraviesa una situación crítica, marcada por niveles históricamente bajos, algo que fue reconocido por las autoridades castristas a finales de año.
La escasez de alimento para las gallinas ha reducido drásticamente el rendimiento de las aves, y las pocas que continúan con vida y produciendo son exaltadas por la prensa oficialista como “heroínas”.
Giovanni Martín Peña, delegado provincial de la Agricultura en Villa Clara, reveló en una entrevista con la emisora estatal CMHW que las gallinas ponedoras, criadas para una producción constante, están padeciendo hambre. La crisis económica impide que el régimen adquiera el pienso necesario para abastecer las granjas estatales, agravando la situación.
El impacto ha sido devastador, pues además de una caída significativa en la producción de huevos, miles de gallinas han muerto de hambre y muchas otras han sido sacrificadas de forma anticipada ante la imposibilidad de alimentarlas.
Martín Peña reconoció que el sector avícola necesita una transformación integral, que abarque desde la garantía de insumos hasta una revisión de los costos de producción estatal.
Una de las medidas desesperadas adoptadas por el gobierno ha sido buscar acuerdos con productores privados para que asuman la alimentación de las aves. Sin embargo, las restricciones gubernamentales y las limitaciones estructurales continúan impidiendo una solución efectiva: la escasez de alimentos persiste en todo el país.
Para los ciudadanos, el panorama también es desalentador, pues el huevo, que solía ser una de las fuentes de proteína más asequibles, ha desaparecido de los mercados, y cuando se consigue, el precio de un cartón de 30 unidades puede superar los 4.000 pesos cubanos (CUP), casi duplicando el salario mínimo de un cubano de a pie.
Cuba depende completamente de las importaciones
La agricultura cubana enfrenta una encrucijada algo evidente. “Sin gallinas no hay huevos”, alertó el delegado, mientras el gobierno mantiene una política de dependencia de las importaciones, sin presentar soluciones concretas que impulsen la producción nacional.
Entre junio y agosto del 2024, el gobierno cubano invirtió más de 6,7 millones de dólares en la compra de huevos desde República Dominicana, convirtiendo a Cuba en el segundo mayor importador de ese país, solo por detrás de Haití.
Durante varias décadas, Cuba ha dependido de la importación de alimentos, y la crisis actual ha intensificado esta práctica. A pesar del surgimiento de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresa (Mipymes) en 2021, que ampliaron el acceso a importaciones, el país sigue sin alcanzar los niveles de producción necesarios para el autoabastecimiento, en parte a las medidas asfixiantes que el gobierno suele tomar para limitar al sector privado.
Además de huevos, Cuba importa arroz de Asia y Brasil, así como pollo de Estados Unidos, esto sin importar el denominado “bloqueo”. No obstante, la inflación y la falta de divisas han reducido drásticamente las importaciones, y aunque las Mipymes logran traer productos al país, sus precios son inaccesibles para la mayoría de los ciudadanos.
