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“¡Cuba está en la calle!”: Protestan por apagones y falta de agua en La Habana

Los cubanos están hartos de las fallas en los servicios básicos, luego de semanas de cortes eléctricos de horas y sin agua potable

Una multitud de cubanos salió a protestar a las calles en La Habana, indignados por la falta de agua potable y los constantes cortes de electricidad de las últimas semanas.

A través de redes sociales, surgieron videos de los vecinos del municipio San Miguel del Padrón, en La Habana, que la noche de este sábado 24 de agosto salieron a las calles para reclamar por los pésimos servicios básicos que provee el régimen.

Al grito de “pongan el agua”, y golpeando trastos para hacerse escuchar, los ciudadanos del consejo popular San Francisco de Paula recorrieron las calles protestando hasta llegar a la Calzada de Güines, donde se plantaron.

“Ahora mismo Cuba está en las calles, hoy 24 de agosto del 2024, San Francisco de Paula. Ahora mismo, 11:36 pm”, reportó el usuario de X Yanko Mesa, quien compartió videos de los manifestantes.

La protesta se produce luego de días sin suministro de agua potable en varias zonas de la capital cubana y ante el aumento de los apagones, producto del colapso del sistema electroenergético nacional (SEN).

 

A finales de julio, la empresa Aguas de La Habana informó que la capital continuaba con problemas de abastecimiento de agua tras la avería que destrozó la conductora de la fuente de abasto Cuenca Sur, y que las autoridades adjudicaron a un apagón.

Si bien ya se habían registrado protestas, estas se apagan con facilidad, como a finales de junio, cuando las autoridades enviaron una pipa de agua custodiada por la policía a un barrio de La Habana Vieja lo que sirvió para que la población se conformara y dejara de exigir sus derechos.

Los problemas en el suministro de servicios básicos son una constante en Cuba, donde tan solo esta semana se llevó con todos los días con déficits de más de 1000 MW en el servicio eléctrico debido a la avería de otra de las plantas del régimen.

La falta de mantenimiento y combustible, que la dictadura acapara y prioriza para el turismo y sus propias actividades, mantienen a la población en condiciones infrahumanas, sin que la situación tenga para cuando mejorar.

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