Cubano residente en Homestead arrestado por organizar peleas de gallos y posesión de drogas
Un hombre de origen cubano fue arrestado por las autoridades de Florida acusado de organizar peleas de gallos en Miami-Dade, así como por poseer sustancias ilegales.
De acuerdo con el medio local América TeVé, el detenido fue identificado como Lázaro Agramonte Sánchez, de 62 años de edad.
El sujeto fue detenido este miércoles en la calle 144 y la avenida 199 del suroeste, en la ciudad Homestead, luego de que las autoridades establecieran un perímetro de vigilancia en la zona.
Según el informe oficial, las autoridades confiscaron varios gallos de pelea en el lugar donde detuvieron a Agramonte, al igual que diversa parafernalia para esta actividad. De igual manera, se decomisaron cinco libras de marihuana.
Este no es el primer caso de un cubano detenido en Florida por estar relacionado con peleas ilegales de gallos, pues en abril, el ciudadano Miguel Ángel Rodríguez fue detenido en su residencia en Kendall, Miami-Dade, donde se confiscaron unos cien animales.
El sujeto, de 47 años de edad, enfrentó varios cargos por crueldad animal, pues tras ejecutar una orden de registro en su vivienda, ubicada en el 18301 del suroeste de Miami y la calle 184, la policía encontró algunos de estos gallos sin vida y dos rings de entrenamiento, los cuales utilizaba para entrenar a estas aves.
“Estas aves están sujetas a una crueldad inimaginable y condicionadas a la violencia como su único medio de supervivencia. Los servicios para animales del condado de Miami-Dade siguen las recomendaciones de sacrificar humanitariamente a las aves que se rescatan de granjas de caza o peleas de gallo porque, desafortunadamente, no se pueden rehabilitar”, indicó el Servicio para Animales del Condado de Miami-Dade mediante un comunicado.
Según Telemundo 51, el cubano vendía estos gallos a personas en Puerto Rico por un valor de entre los 40 y 50 dólares cada uno, sin embargo, salió bajo fianza a las pocas horas de haber sido trasladado a la cárcel del condado.
Esta actividad es considerada ilegal en los Estados Unidos, y Florida es uno de los 42 estados que lo califica como un delito grave.
