Custodio es sentenciado a cuatro años en prisión por el robo de tres costales de azúcar en Matanzas

Las autoridades castristas sentenciaron a un custodio del central ‘Mario Muñoz’, en la provincia Matanzas, por el robo de tres costales de azúcar.

De acuerdo con el medio estatal Girón, el trabajador del central está siendo acusado de ser cómplice de un grupo de delincuentes que lo sobornaron con 3.000 pesos cubanos (CUP) para que se dejara robar la mercancía del almacén.

Esta persona, de 23 años de edad, se encontraba como responsable de la seguridad y protección del central, pero facilitó la extracción de 150 kilogramos de azúcar, lo que equivale a unos 1.848 CUP (12.33 pesos por kilo).

Según el citado medio, el delito fue descubierto por un directivo del central azucarero que casualmente se encontraba pasando por la zona y se percató de la extraña actividad. El testimonio de esta persona fue utilizado en la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Provincial Popular de Matanzas.

En conformidad con el Artículo 152.1.7 del Código Penal vigente, el custodio fue acusado del delito de cohecho, con la pena estando apegada al límite mínimo del delito.

El citado medio también sostiene que la sentencia tuvo en cuenta la carencia de antecedentes penales del custodio, así como su colaboración y buena conducta.

Ahora, el joven, cuya identidad no fue revelada, se encuentra encerrado en una prisión del Ministerio del Interior (Minint), mientras apela la sentencia ante el Tribunal Supremo Popular.

Casos similares en Matanzas

Vale la pena mencionar que esta no es la primera vez que un trabajador del central azucarero ‘Mario Muñoz’ es arrestado por el robo de este producto, pues, en marzo, se supo que 35 personas fueron sancionadas por este delito.

Un reporte compartido en aquella ocasión por el medio estatal TV Yumurí señaló que los trabajadores acumulaban entre 15 y 20 años de trabajo en dicha industria.

El director del central, el ingeniero Jorge Santana Hernández, reveló que 16 de los sancionados ocupaban puestos de puntistas, estibadores y operadores en el área de evaporación, por lo que tenían fácil acceso al producto.

“Vienen por lo general en grupos, encapuchados y con armas blancas, y logran sustraer decenas y hasta cientos de sacos diariamente, a pesar de que hemos reforzado la vigilancia. Infinidad de veces han picado la malla y abierto boquetes en la cerca de mampostería”, dijo el funcionario en aquella ocasión, reconociendo que era imposible calcular cuánta azúcar llegó a ser robada.