El próximo viernes, 21 de agosto, se llevará a cabo en la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Provincial Popular de La Habana, el juicio oral contra la rapera Danay Suárez por el supuesto delito de injuria, informó el portal Cubanet.
De acuerdo con reportes del medio, la Causa 45/20 parte de la demanda presentada el pasado 10 de julio por el abogado Lázaro Arencibia, del Bufete Colectivo de Santos Suárez, a nombre del doctor Alberto Roque Guerra y a raíz de una publicación en Facebook donde la artista arremete contra la comunidad LGBTI+.
El texto —titulado “A mi generación”— es una clara oposición al matrimonio igualitario y al derecho a la adopción, por parte del colectivo homosexual. Asimismo, expone al MAP (Movimiento Activista Pedófilo) una agrupación que aboga por la aceptación social de las personas que se sienten atraídas por menores de edad.
Durante líneas y líneas, la misiva habla sobre el presunto relativismo moral de nuestra época y cómo, el cristianismo es necesario para una generación “confundida”. Sin embargo, termina aclarando que, conceptualmente, la pedofilia y la homosexualidad son cosas distintas y la religión no busca discriminar.
Tras la publicación de estas palabras, Roque Guerra, especialista en Medicina Intensiva y un activista de los derechos por la diversidad sexual, calificó de irresponsable y criminal el acto de Suárez.
Por el momento, sabe que el juicio contra la rapera será de carácter público. No obstante, puede haber limitaciones de distanciamiento físico, conforme a lo dispuesto por las autoridades ante la crisis sanitaria.
Una Danay antes y después
Danay Suárez Fernández se hizo conocida en el ámbito del R&B y rap. Su carrera profesional comenzó en 2007, tras recibir una llamada de X-Alfonso. Sin embargo, fue Gilles Peterson, quien la catapultó a la fama internacional años más tarde, luego de incluirla en el primer álbum de Havana Cultura.
Su imagen, no obstante, tomó un giro radical después de asociarse al movimiento evangélico. En 2017, causó polémica durante su participación en el Festival chileno de Viña del Mar. En el evento no solo cambió la canción prevista e interpretó otra, donde criticó abiertamente al aborto, sino que, al recibir el galardón, aseguró que la nación sudamericana había salido victoriosa de una guerra espiritual.
Esto se produjo, en medio de un difícil contexto donde las chilenas estaban intentando aprobar un proyecto de ley para la interrupción legal y segura de los embarazos no deseados.
