El Floridita, la cuna del daiquirí y de la coctelería cubana
Este emblemático lugar es de mención obligada a la hora de referirse a la capital de todos los cubanos. Pero hay tres elementos que lo distinguen. Repasémoslos.
Para el español, catalán, Constantino Ribalaigua Vert es el sitio en el que trabajó como dependiente, luego adquirió como propietario y después lo llevó a alcanzar fama mundial. El daiquirí es un elemento inherente a este local, pues fue en ese espacio donde se mejoró y se hizo internacionalmente conocido.
Por último, está Ernest Hemingway: el escritor hizo suyo este fragmento de La Habana, lo inmortalizó en sus libros, y su estatua de bronce, sentado cerca de la barra, le retribuyó su fanatismo.
Como establecimiento, su ubicación siempre ha sido la misma, en la esquina de las calles Monserrate y Obispo. Fue fundado en 1817, con el nombre de La Piña de Plata y, para 1902, fue transformado en La Florida.
Fueron los mismos clientes quienes le cambiaron nuevamente el nombre. A decir de Ciro Bianchi, la modificación vino dada por el interés de diferenciar este bar del que se encontraba al interior del Hotel Florida.
Su historia parece imposible escribirla sin mencionar a los antes citados. En el caso de Hemingway, cuando en la década de los años 30, se instaló en el Hotel Ambos Mundos, este era un bar cercano y del que se hizo habitual. Incluso, obviando las distancias, cuando el escritor se instaló en Finca Vigía, viajaba hasta ese rincón, que consideraba “el mejor bar del mundo”, en busca de su daiquiri especial o Papa Doble.
Este autor catapultó al estrellato internacional la fama de El Floridita. En agradecimiento, el bar mantiene un homenaje permanente al estadounidense, exhibiciones de fotografías del escritor junto a sus amigos, un busto en bronce y una escultura a tamaño real, así lo demuestran. Estos se han convertido en grandes atractivos. Muchos viajeros llegan a La Habana deseando conocer este sitio y sentir la vibra que cautivó al norteamericano años atrás.
En su estancia en Cuba, personalidades de la talla del actor francés Jean-Paul Belmondo, la modelo inglesa Naomi Campbell, los actores estadounidenses Matt Dillon, Danny Glover y Jack Nicholson, el cantante argentino Fito Páez, el boxeador italo-estadounidense Rocky Marciano, la actriz y cantante alemana Marlene Dietrich, el dramaturgo estadounidense Tennessee Williams, el diseñador italiano Giorgio Armani, el director de cine estadounidense Francis Ford Coppola, la actriz italiana Ornella Muti, el diseñador de moda francés Paco Rabanne y el cantautor español Joaquín Sabina, entre otros, han estado y disfrutado en la barra de este bar.
Ha recibido numerosos reconocimientos: fue catalogado como uno de los siete bares más famosos del mundo, según la Revista Esquire; recibió el premio “Best of the Best Five Star Diamond” que otorga la Academia Norteamericana de Ciencias Gastronómicas y acogió la realización del daiquirí más grande del mundo, hazaña que le mereció entrar en el libro Guinness de los récords.
Existen imitaciones, del nombre y el estilo, pero nunca de su esencia, en otros lugares del mundo como Inglaterra (Floridita London), en España (Floridita Madrid), y en California, Estados Unidos, El Floridita Restaurante.