El PSG comenzó su accionar en la Champions League con el pie derecho y asestando un duro golpe al orgullo merengue con un triunfo por goleada de tres por cero ante el Real Madrid.
Actuación destacadísima para el centrocampista argentino Ángel Di María, autor de un doblete. En un encuentro en el que los parisinos fueron muy superiores al Real Madrid, que apenas inquietó el arco defendido por el costarricense Keylor Navas.
El equipo de Thomas Tuchel estaba sin el Neymar suspendido y el dúo lesionado Kylian Mbappe y Edinson Cavani, pero los 13 veces ganadores de la Champions no pudieron aprovecharse de eso.
Con la precisión y la crueldad de ese trío, Madrid podría haberse quedado con un marcador mucho más embarazoso para reflexionar en el camino de regreso a la capital española.
No es de extrañar, entonces, que la ex estrella de Barcelona Neymar sonriera como un gato de Cheshire en las gradas, ya que el club al que quería irse durante el verano aniquiló a uno de aquellos a los que podría haberse unido.
El Real Madrid invirtió más de 300 millones de euros (265 millones de libras / 330 millones de dólares) en el escuadrón francés durante el verano y, sin embargo, la reconstrucción de Zidane parece a medias, con el mediocampo particularmente corto en calidad.
Por supuesto, Paul Pogba había sido uno de los principales objetivos de transferencia del entrenador, pero el Manchester United eludió a Madrid, al igual que otros objetivos del mediocampo, incluido Christian Eriksen del Tottenham.
Eso ha dejado a Zidane con casi el mismo núcleo que la temporada pasada, solo que más débil después de la partida de Marcos Llorente al Atlético de Madrid.
Por los blancos, Toni Kroos no ofreció ayuda y, si bien James Rodríguez jugó medianamente bien todavía parece demasiado liviano para ser parte de un planteo de tres centrales. En la defensa del colombiano, ha sido importante para el Madrid en las primeras semanas de la temporada de la Liga, a pesar de que Zidane quería deshacerse de él y de Gareth Bale antes del cierre de la ventana.
Que ambos todavía estén en Madrid solo subraya el fracaso del intento de renovación de Madrid. El hecho de que ambos estén en la alineación inicial resalta la naturaleza confusa del pensamiento de Zidane. No conoce ni a su mejor equipo ni a su mejor formación.
Para el crédito de Bale, apareció una vez más, anotando un brillante globo en París solo para verlo descartado para el balonmano en la acumulación. En cuanto a Eden Hazard, era anónimo, pero el fichaje de verano belga acaba de volver a estar en plena forma. Karim Benzema, sin embargo, no tenía excusa. El delantero ha estado en buena forma más tarde, pero no causó ninguna impresión en el juego.
En resumen, nada ha hecho Zidane desde que regresó al trabajo en marzo para ofrecer una pizca de esperanza de que pueda resolver los problemas defensivos de Real.
Con información de ESPN
