El manager del equipo Cuba de béisbol para ciegos que terminó con el subcampeonato del mundial de la categoría ofreció declaraciones a la prensa sobre lo que consideró una “hazaña”.
René Peña es el nombre del técnico de béisbol santaclareño, responsable en gran medida del éxito de sus pupilos en la arena internacional, donde se compite tan pocas veces por la falta de recursos en la economía local.
“Perdimos en el juego final contra Italia una carrera por cero en siete inning, tras una decisión arbitral en home muy polémica en contra nuestra, pero mis muchachos mostraron virtuosismo y combatividad en todo el certamen”, afirmó a la prensa Peña, que en el 2017 se alzó con la corona mundial.
Esta edición del mundial se celebró desde el dos y hasta el ocho de octubre en Roma, Italia, y contó con la asistencia de equipos representantes de Colombia, Venezuela, Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania, Francia, Cuba y el país anfitrión. El sistema empleado fue un todo contra todos y una final para decidir el campeón entre los dos mejores de la etapa clasificatoria.
Cuba había obtenido la medalla de oro en el 2017 en Montpellier, Francia, donde como en esta cita, del 2019, sobresalió el atleta de Santiago de Cuba, Maikel Meriño seleccionado el jugador más valioso del certamen y Yuri Zapata, de La Habana, líder de los bateadores con 567 de average.
“Es posible que haya un evento similar el año que viene en Alemania, y expertos del béisbol de Japón asistieron a la justa con el propósito de incluir esta disciplina deportiva como exhibición en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020”, informó René Peña sobre los panes futuros de su equipo.
El béisbol para ciegos es bastante diferente al convencional, pues la pelota tiene cascabeles que la hacen sonar y se batea solamente entre la segunda almohadilla y la antesala.
“En el juego no se utiliza el pitcher, pues el propio bateador en turno tiene la bola en una mano y batea con la otra, mientras que en las bases se emiten sonidos agudos para indicar la posición de la pelota y los corredores son guiados por asistentes”, cuenta el entrenador que agrega como “se coloca una cuerda a la altura de tercera base que va hasta segunda y luego a primera, y es obligatorio que la bola pique delante de esta soga, para que sea considerada buena”.
