Estadio de Camagüey se queda sin gradas por riesgo de derrumbe y robos constantes
Los constantes robos de vigas de acero, fomentados por la casi nula seguridad en el lugar, han hecho que las gradas queden inutilizables

El acceso a las gradas del estadio de la Academia Provincial Amador Fernández Fernández, en la provincia de Camagüey, ha sido clausurado debido a un serio peligro de derrumbe. La estructura, inaugurada en 2021, presenta daños significativos como consecuencia de un deterioro progresivo que fue iniciado por el robo constante de vigas de acero.
De acuerdo con la prensa oficialista, la falta de medidas de seguridad, como vigilancia nocturna, cercado perimetral y adecuada iluminación, facilitó el robo de aproximadamente 60 vigas hasta la fecha.
El primer robo se registró hace un año, y la situación empeoró cuando, días antes del inicio del Torneo Nacional de Fútbol 2025, un menor cayera en la zona afectada. Este incidente llevó a las autoridades de Salud Pública a declarar la estructura como peligrosa y a ordenar su cierre inmediato.
El subdirector de la Academia, Raudel Crespo Tamayo, explicó en declaraciones al periódico Adelante que las soluciones propuestas incluyen la instalación de una garita para custodios y un cercado perimetral alrededor del estadio. Sin embargo, no se ha establecido un cronograma claro ni existen recursos disponibles para ejecutar estas medidas.
La situación afecta directamente a los espectadores, quienes no cuentan con un espacio seguro para disfrutar de los partidos. En lugar de contar con un lugar adecuado para sentarse, los asistentes deben presenciar los encuentros de pie y expuestos al sol durante los 90 minutos que dura el juego.
A pesar de que las instituciones responsables están al tanto de la problemática, hasta el momento no se han presentado soluciones efectivas.
Las gradas del estadio, actualmente cerradas, muestran signos evidentes de abandono y falta de mantenimiento por parte de las autoridades competentes. Este deterioro refleja la falta de inversión y planificación en la infraestructura deportiva en la región, que ha dejado a los aficionados sin una opción segura para disfrutar de su pasatiempo.
Ahora, estos fanáticos no pueden hacer otra cosa más que esperar a que el régimen desembolse los recursos para iniciar con la reparación. Sin duda, esto último se complicará demasiado debido a la escasez de materiales de construcción, que parece afectar todo menos al sector turístico.