Fallece el cardenal cubano Jaime Ortega Alamino
El día de hoy, viernes 26 de julio, el cardenal Jaime Ortega Alamino ha partido a la casa del Padre luego de dar una fuerte lucha contra el cáncer.
Durante el pasado mes de junio, se había dado un anuncio en el que se informó de la gravedad del estado de salud del cardenal; y luego de haber permanecido “estable” durante varias semanas, finalmente descansó en paz, luego de haber recibido todos los auxilios físicos y espirituales necesarios para ir a su encuentro con el padre.
La noticia ha sido confirmada por medio de un comunicado emitido por el actual arzobispo de La Habana, Monseñor Juan de la Caridad García; quien además de informar el fallecimiento, ha transmitido unas sentidas palabras afirmando que, a pesar de las circunstancias, consuela saber que su recuerdo acompañará por siempre y que en la fe se puede confiar en el cumplimiento de la promesa de Dios: el descanso en la vida eterna.
“Al pensar hoy con cariño y gratitud en el Cardenal Jaime nos anima saber que él permanecerá entre nosotros, acompañándonos con el recuerdo de su amable sonrisa, su inteligencia clarividente y el testimonio de un sacerdocio entregado(…) Nos consuela la promesa del Ceño que se hace particularmente real y cumplida en el cardenal Jaime: La vida de los justos descansará en el Señor, descansarán de sus fatigas porque el Señor les acompaña”; fueron parte de las palabras que el actual Arzobispo de la capital cubana emitió en su comunicado, el cual fue difundido a través de la cuenta de Facebook de “Palabra Nueva Cuba”.
Jaime Ortega nació en el municipio Jagüey Grande, de Matanzas, en el año 1936; tras seguir el llamado de Dos a la vida sacerdotal y discernir su vocación, fue ordenado sacerdote en 1964, arzobispo en 1979, y cardenal en 1994.
A lo largo de sus años se desenvolvió en su trabajo pastoral de manera destacada, teniendo la oportunidad de darle la bienvenida a la Isla a los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco en sus visitas.
Sin embargo, parte de su pastoreo fue marcado por la tensión, al tener que estar cumplir su función de representante del Vaticano frente al régimen comunista que gobierna La Isla; lo cual hizo favorablemente, pudiendo contribuir al restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
Tras 50 años de vida al servicio de la Iglesia (y ya notablemente afectado por la enfermedad que le quitó la vida) pidió al Papa Francisco lo diese de baja; quien por su parte accedió a ello, quedando de esta manera como arzobispo emérito de La Habana.
A través de su ser y hacer cristiano, Jaime Ortega supo transparentar el rostro de Dios, razón por la cual durante este año recibió la Distinción “Monseñor Carlos Manuel de Céspedes” por medio de la cual la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba reconoce a personalidades e instituciones católicas que llevan a cabo una labor de evangelizadora en el ámbito de la cultura.
Posterior a ello, su salud se fue deteriorando de una manera considerable, hasta que finalmente partió al encuentro con Dios este jueves 26 de julio en la Capital de la Isla, La Habana.
Esperamos en cardenal pueda descansar en paz por la eternidad junto al Dios al que en vida sirvió.