Familiares de los fallecidos en Bahía Honda denuncian que el régimen quiere silenciarlos
Familiares de los fallecidos durante el hundimiento de una lancha en Bahía Honda, Artemisa, han denunciado que las autoridades castristas los han amenazado para que no hablen sobre el incidente, el cual ocurrió luego de que guardafronteras cubanos embistieran una embarcación llena de personas que intentaban llegar a Estados Unidos.
Una de estas personas, identificada como Yuneika González, indicó que funcionarios del Departamento Técnico de Investigaciones del Ministerio del Interior (DTI) se pusieron en contacto con ella para que no hablara con la prensa independiente.
Según la mujer, abuela de la menor de dos años que pereció en el incidente, las autoridades le pidieron que permaneciera alejada de las redes sociales, pues le convenía no involucrarse en esos “líos”.
“Me llamaron para que no hablara, para que no dijera nada, que no me metiera en eso, que ellos nos daban su apoyo, que no sé qué… Fue un agente del DTI que me llamó para que no hablara, que no me metiera en el lío de las redes sociales”, dijo González al medio de prensa Radio Martí.
La mujer recalcó que las autoridades se volvieron a comunicar con ella luego de que esta ofreciera sus declaraciones al mismo medio durante la semana pasada, esta vez para “ofrecerle apoyo” a los afectados.
González indicó que su hija, la madre de la menor, se encuentra muy afectada psicológicamente por lo ocurrido.
“¡Esto es demasiado, demasiado!”, aseguró la denunciante.
El incidente se registró el pasado sábado 29 de octubre, cuando un bote arribó de Miami con el objetivo de sacar a varias personas de la Isla.
Esto fue descubierto por las autoridades, las cuales optaron por embestir a la embarcación con el objetivo de evitar su escape de la Isla.
Al respecto, las autoridades castristas justificaron lo ocurrido al decir que se trató de un operativo de tráfico de personas, sin embargo, familiares en Florida desmintieron esta versión, señalando que nadie pagó un solo centavo por subir a ese bote, y que todos eran familiares o amigos cercanos.
Estas personas sostienen que el régimen no ha revelado de manera oficial la lista de los 23 pasajeros que iban a bordo del bote porque si lo hace, el pueblo se dará cuenta de que la mayoría pertenecía a la familia García Meisozo.
