Florida: incrementan seguridad en la vivienda de Donald Trump
Las autoridades se están preparando para el siguiente mandato de Trump, esto luego de que experimentara tres atentados en su contra durante su campaña
La seguridad en Mar-a-Lago, residencia del presidente electo Donald Trump en Palm Beach, Florida, ha sido notablemente incrementada, esto en preparación para su siguiente mandato y tras los intentos de asesinato que el empresario experimentó durante su campaña electoral.
Según residentes locales y autoridades, el refuerzo de vigilancia responde a un panorama de tensión tras una reciente acusación del Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés) que involucra a tres individuos en un presunto complot con Irán para atentar contra Trump.
Vecinos y visitantes en la zona han notado un aumento significativo de agentes y patrullas, una respuesta que muchos consideran como adecuada.
Oscar Pineda, un residente de la ciudad de Miami, elogió dicho despliegue, señalando que este se efectúa de manera eficiente, y que todo el mundo está pendiente de lo que está pasando en la vivienda del magnate.
“Se mira muy bien, muy, muy bien”, declaró al medio Telemundo 51.
Al respecto, Timothy Miller, un exagente del Servicio Secreto que sirvió en tres administraciones presidenciales, indicó que estos eventos destacan una amenaza distinta, vinculada a actores estatales.
“Nos enfrentamos a un complot respaldado por un Estado, y eso cambia las reglas del juego en cuanto a la protección de nuestros presidentes”, afirmó al citado medio.
Miller resaltó que las autoridades deberán intensificar la vigilancia en redes sociales y coordinar esfuerzos de seguridad en torno a Trump para asegurar su integridad.
En las próximas semanas, se espera que el Servicio Secreto, la oficina del alguacil del condado y la policía de Palm Beach coordinen un plan de protección robusto y conjunto. Las autoridades locales han confirmado que, a pesar del alto perfil de las amenazas, la vigilancia se mantendrá estricta y constante en torno al presidente electo.
Los tres atentados recientes que Trump ha enfrentado mientras realizaba su campaña presidencial han evidenciado la magnitud de la amenaza. El primero ocurrió durante un discurso en Pensilvania, cuando un tirador abrió fuego desde un techo cercano, hiriendo a Trump en la oreja derecha y provocando la muerte de uno de sus asistentes. La rápida reacción del Servicio Secreto permitió abatir al agresor, aunque el incidente dejó dos heridos de gravedad.
El segundo ataque tuvo lugar en septiembre en el Trump International Golf Club en West Palm Beach. Ryan Wesley Routh, de 58 años, dejó una caja sospechosa en casa de un residente, la cual contenía municiones y mensajes relacionados con Trump. Al alertar a las autoridades, Routh fue hallado en la maleza, armado con un rifle. Tras una breve persecución, el sospechoso fue detenido en la Interestatal 95.
Finalmente, el pasado 12 de octubre, un tercer intento de atentado fue frustrado en un mitin en Coachella Valley, California. El sheriff del Condado de Riverside, Chad Bianco, informó que un hombre armado, Vem Miller, de 49 años, intentó ingresar con un pase VIP falso.
Miller, que portaba una escopeta, una pistola y un cargador de alta capacidad, fue detenido gracias a la intervención oportuna de las autoridades, quienes neutralizaron lo que Bianco calificó como un intento de atentado “sofisticado”.
Estos sucesos han elevado la alerta de las fuerzas de seguridad y plantean desafíos inéditos para la protección de Trump en su nueva etapa como presidente electo, mientras las agencias refuerzan la colaboración y ajustan sus protocolos ante el contexto de alta amenaza.