Grave crisis de gas licuado afecta a más de 100.000 hogares en Matanzas
Los municipios de Martí, Los Arabos y Colón sufren las mayores carencias debido a la alta concentración de contratos en estas localidades
Desde octubre del año pasado, más de 109.877 hogares en la provincia de Matanzas enfrentan una severa escasez de gas licuado del petróleo (GLP), catalogada como la peor desde la contingencia energética de mayo de 2023. La ausencia de este combustible, esencial para la cocción de alimentos, afecta tanto su disponibilidad como su distribución entre la población.
El jefe del área de GLP de la Unidad Empresarial de Base (UEB) de la División Territorial de Comercialización de Combustibles (DTCC) en Matanzas, José Luis Lemus Gil, explicó al periódico oficialista Girón.
“Con tan baja disponibilidad, hemos tenido que adoptar mecanismos para cubrir la demanda más antigua, aunque no hemos podido satisfacerla completamente. Todavía hay clientes que no reciben gas desde julio o incluso el primer semestre del año”, declaró.
Municipios más afectados y problemas de distribución
Los municipios de Martí, Los Arabos y Colón sufren las mayores carencias debido a la alta concentración de contratos en estas localidades.
“A Colón hemos llegado en tres ocasiones, y a Martí y Los Arabos solo una vez, pero la cantidad enviada no alcanza para cubrir la demanda. Hay tantos contratos allí que es bien difícil cumplir”, explicó Lemus.
La incertidumbre en torno a la distribución incrementa la frustración ciudadana. Los consumidores no reciben confirmación sobre la disponibilidad del producto hasta las 6:00 p.m. del día anterior, un problema que Lemus atribuyó a la dependencia de transportistas externos que no siempre garantizan un servicio oportuno.
Otro de los factores que agravan la crisis es la insuficiencia de cilindros necesarios para almacenar y distribuir el GLP. La Empresa de Conformación de Metales Noel Fernández (Conformat), responsable de producirlos en Cuba, no ha logrado cumplir con la demanda, a pesar de haberse comprometido a duplicar su producción antes de finalizar el año. Al respecto, Lemus indicó: “Estamos esperando una entrada de cilindros que nos permita crear un inventario y así retomar el mecanismo de entrega y recepción en un mismo día”.
Insatisfacción ciudadana y falta de información oficial
La falta de transparencia también ha generado malestar. La UEB DTCC no actualiza su página de Facebook desde noviembre, y las comunicaciones en Telegram son limitadas. En redes, usuarios se quejan de la incertidumbre que sienten, afirmando que una balita de gas se ha convertido “en un lujo que pocos pueden permitirse”.
Además, la suspensión de la plataforma EnZona, que permitía la compra de GLP de forma virtual, ha afectado principalmente a personas mayores, discapacitados y quienes cuentan con horarios laborales restringidos.
La escasez de GLP ha provocado un incremento en el consumo eléctrico de aproximadamente 250 MW adicionales, además de forzar a muchas familias a cocinar con leña, una práctica que no solo resulta incómoda, sino que también perjudica la salud y el medio ambiente.
Mientras tanto, la población continúa a la espera de una solución que parece estar cada vez más distante, agravando la desesperación en una crisis que afecta directamente a la calidad de vida de miles de familias.