Imagen satelital pone en perspectiva el tamaño de la explosión en Holguín
Según la versión oficial, el estallido tuvo lugar en un almacén donde se manejaban municiones envejecidas en proceso de clasificación
El efecto que tuvo el trágico incidente ocurrido el pasado 7 de enero en una base militar en la provincia de Holguín, que provocó la muerte de 13 militares, quedó captado en unas imágenes satelitales, lo que permite ver un antes y un después.
Estas imágenes, compartidas por el periodista Mario J. Pentón, revelan la magnitud del desastre y han alimentado el debate sobre la gestión gubernamental de esta tragedia.
El periodista publicó un video que consiste de varias fotografías, las cuales muestran el área afectada en la localidad de Melones, en el municipio Rafael Freyre.
“Esta imagen satelital muestra el antes y el después de la explosión en la base militar de Holguín que mató a 13 cubanos, 9 de ellos prácticamente niños del servicio militar. El régimen sigue con su opacidad sin querer revelar todo lo que hay detrás de ese accidente. Aquí seguiremos haciéndolos rendir cuentas”, declaró Pentón en sus redes sociales.
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El régimen cubano, por su parte, anunció que el funeral de las víctimas, entre las que se encuentran varios jóvenes que cumplían con el Servicio Militar Obligatorio, se llevará a cabo el lunes 20 de enero en la Plaza de la Revolución Mayor General Calixto García. En un comunicado emitido por el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar), los fallecidos fueron descritos como “combatientes caídos en el cumplimiento del deber”.
El estallido tuvo lugar en un almacén donde se manejaba material bélico envejecido en proceso de clasificación. El General de División Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, calificó el incidente como un “desastre de origen tecnológico”. Sin embargo, la demora de más de diez días para confirmar oficialmente la muerte de los desaparecidos ha generado una ola de críticas, destacando la incapacidad de las autoridades para gestionar emergencias de este tipo.
Los familiares de las víctimas han manifestado su frustración ante las condiciones en las que ocurrieron las muertes. Han cuestionado la seguridad de las instalaciones militares y denunciado presuntas negligencias en el manejo de materiales peligrosos.
Algunos padres, cuyos hijos fallecidos eran reclutas, han denunciado que estos jóvenes no tenían inclinaciones militares y fueron obligados a cumplir con un servicio que consideran injusto.
El incidente también ha reabierto el debate sobre el Servicio Militar Obligatorio en Cuba, así como sobre el uso de cuantiosos recursos destinados al sector militar, pese a que el país no enfrenta conflictos bélicos desde hace décadas. Mientras el gobierno defiende estas inversiones bajo el argumento de proteger la soberanía nacional, sectores de la población critican que estas medidas buscan más el control interno que una verdadera defensa del territorio.
La versión oficial de que el desastre fue provocado por un cortocircuito ha sido recibida con escepticismo por parte de la ciudadanía, que considera insuficiente esta explicación ante la gravedad de los hechos.