Irán confirma arresto de responsables por el derribo de avión comercial ucraniano

El Gobierno iraní, en medio de creciente rechazo internacional, confirmó este martes el arresto del grupo de responsables del derribo de un avión comercial proveniente de Ucrania, que causó la muerte de 176 pasajeros.

En un reciente comunicado, las autoridades de Irán también indicaron que, hasta el momento, han sido detenidos 30 involucrados en las protestas que se desarrollaron en el país y se recrudecieron, luego de que el Ejército admitiera el derribo de la aeronave. 

Un error humano 

Las Fuerzas Armadas de Irán, tras dos jornadas de negación, reconocieron el pasado sábado que derribaron “involuntariamente y por un error humano” el avión ucraniano. 

Según se explicó, el error fue producto de una “situación muy delicada y de crisis”. A la par, la aeronave —un Boeing 737— estaba presuntamente localizado cerca de un centro militar de los Guardianes de la Revolución y con “una altura y una posición de vuelo de un objetivo enemigo”.

El comandante de la Fuerza Aeroespacial iraní, Amir Alí Hayizadeh, por su parte, indicó que el operador, antes de disparar, trató de contactar con sus superiores para obtener la aprobación. Sin embargo, el sistema de comunicación dio error y por tanto, tomó “una mala decisión”. 

De acuerdo con las Fuerzas Armadas, las reiteradas amenazas por parte del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y sus comandantes de “tomar como objetivo una serie de lugares en el territorio de la República Islámica en caso de que haya una operación recíproca estaban en el más alto nivel de alerta”. 

Un error mortal 

En el avión de Ukranian International Airlines (UIA) viajaban 169 pasajeros. El aparato se estrelló al sur de Teherán, el miércoles, después de despegar del aeropuerto internacional Imán Jomeiní con destino a Kiev. 

Poco antes del siniestro, Irán había efectuado un ataque con misiles tierra a tierra contra una base aérea en Irak que alberga a tropas estadounidenses. Este accionar fue una venganza por el asesinato, días antes, del general Qasem Soleimaní por orden de Trump.